La bola rosa favorita de todos. El juego posee todos los estilos de jugabilidad posibles que había hasta esa fecha y era genial. En esta vuelta, disfruté mucho el corazón puesto en el diseño y los besos que Kirby le da a sus acompañantes.

Un RPG extraordinario. El modo de juego y la mecánica de combate es más bien estándar, pero el argumento funky, camp, naive e inesperadamente crudo con el que construyen el juego es maravilloso. Si lo hubiese jugado hace años estoy seguro que no lo habría disfrutado tanto como ahora.

El concepto de los DLC me gusta. Es la posibilidad de explorar una idea que tomó forma hasta que un proyecto está concluído. Un extra, literal. Como el juego principal, la narrativa y lo que nos cuentan es emocionante, pero es un apéndice, finalmente. Suma a la historia y enriquece el original.