El prologo al capitulo perdido de esa saga que medita sobre la dualidad.
Inesperado plot twist. Ground Zeroes es un reflejo del primer episodio de MGS2, pura pornografia de accion y espionaje que deriva hacia un final turbio y extraño que parece enganchar la fantasia con la realidad. Tambien es, como MGS2, un reflejo sobre la imposibilidad de desligarnos de las nociones de lo que es "un buen videojuego"

Jugar con la linea que separa la explotacion, la parodia y la autocritica parece estar prohibido en los videojuegos, la necesidad de brindar un punto de acceso asequible para el jugador por medio de un centro moral facil donde se acepta antes la accion cartoon que la posibilidad de manejar la pornografia estetica y la abstraccion. Casi todos los acercamientos formales parecen basarse en la calidad del apartado, el tejido en si, por encima de la expresion y el retrato, confundiendo forma con materia y calidad con profundidad que, partiendo de ahi, ese razonamiento se arrastra hasta lo narrativo, lo literal y lo moral. la sustraccion selectiva a la que juegos como MGSV se ven sometidos es prueba de lo poco que en ocasiones entendemos realmente (me incluyo, por supuesto), ya no de videojuegos, si no de posibilidades. Con Sustraccion selectiva me refiero a la focalizacion de aspectos concretos que nos hacen salvar o condenar un videojuego concreto, en MGSVgz:

-La bomba en la vagina como condena.
-La jugabilidad como redencion.

Para mi ninguno tiene sentido.
La cuestion de la misoginia interiorizada de Kojima es evidente y una absoluta lastima, tan evidente que el mismo la reconoce de forma casi abierta. ha intentado varias veces de manera honesta tratar la sexualidad como parte de sus mundos, siempre una mix entre la nocion japonesa y Norte-americana del sexo y los cuerpos, el exhibicionismo y el empoderamiento, tanto para hombre como para mujeres, aunque claramente al ser MGS una saga que maneja la masculinidad y el mito del heroe, la peor parte se la lleva el genero femenino.
Dicho esto, el asunto de la bomba me parece mas una super-dramatizacion de un acto atroz que sadismo sexual en si. Quiza me equivoque, pero no veo mas atencion en ello que la incomodidad y el retrato de una tragedia de guerra, crafteada dentro de un momento intencionalmente incomodo, Y Quiet me hace sentir demasiado incomodo, entiendo que forme parte del punto de TPP, me gusta la teoria, pero no comparto las formas.
La cuestion de la jugabilidad es el punto de sustraccion selectiva mas grande y en la que mas "Criticos" caen: Apuntan a una ausencia de autocritica mientras alaban las posibilidades del gameplay cuando ven un video de Dunkey, sin pensar en disociar o hilar lo que sucede con nada que no este dentro del videojuego, siempre desde la relacion avatar-jugador. lo que vemos es lo que hay y los videojuegos son literales.
Es un modo de ver las cosas con el que cada vez concuerdo menos.
Aparte,hay algo mas anti- americano que ofrecerte guantanamo como un campo de juego para despues desatar un 9/11 sobre el hogar del avatar/protagonista??
Bastante genio.

La posibilidad de crear mundos digitales donde el autor pueda integrar personificaciones de sus predilecciones, preocupaciones y, por que no? Fallos y problemas personales como un mashup se ve lapidada por las cuestiones de tono, necesidad de un ancla moral y la necesidad de satisfacer al jugador, claro, un juego se supone que debe ser divertido.
Pues No.
No necesariamente.
En que punto perdimos la capacidad de entender que el contenido ideologico cuestionable que un autor incluya en su obra no tiene que ser una personificacion 1 a 1 del mismo? Ni idea, pero en videojuegos es algo extendido. Quiza porque gozan de menor reconocimiento cultural? Por sus cualidades inmediatas? Porque son divertidos?
En ocasiones uno debe separar para ver con perspectiva, encontrar ese algo especial, pero habria que empezar a pensar como separar mejor para reencajar mejor todo.

Reviewed on Nov 16, 2021


1 Comment


2 years ago

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1 year ago

Jamás me he sentido cómodo con ninguna de las posturas de aceptar una obra por separado del artista, o incluyendo al artista dentro de las cuestiones conceptuales y fallas ideológicas que presente. Creo que es un sube y baja imposible de determinar tajantemente en mi posición, quizá por mi crianza ecléctica y despreocupada sobre tomar decisiones monolíticas sobre las cosas. Hay veces en que me cuestiono mucho que la violencia pornográfica de algo como Berserk envista fantasmagóricamente la discusión constante sobre sus temas, creando una separación mano-espejo en lo que es criticable o no; que las discusiones se ahoguen, a favor o en contra, de la violación a Caska me enferma porque se convierte en arma para cada bando.

Pero a la vez me cuesta separar con demasía a Kendrick Lamar en su lección semiótica musical de la reivindicación de su propio mercado ante el racismo, con TPAB, y de su negar a una chica blanca random que, contextualmente, decía la n-palabra sin intención alguna de desgranar a nadie, sino que "vibear" con la canción. Quien, en principio y siempre cuestionablemente, constituye parte de la razón de su ascenso. Sus fans del color que sea.

Creo que la capacidad nunca se perdió. Conozco muchas personas que opinan tanto una cosa como la otra. Lo que se perdió, quizá, es el permanecer cautelosos de no caer en una o la otra como palo blanco, sin razón más que mantener una postura ideológica que no está tan bien masticada para el caso particular.