Está MUY bien PERO también está a medias.
Es un juego de grandes ambiciones pero incumplidas.
Implementa muchas mecánicas interesantes, como el entrenamiento en clase, el calendario...
Aparece una opción de llevar contigo "Batallones", tropas que ayudan a tu unidad con mejores estadísticas y un par de acciones tácticas que pueden afectar a más de una casilla a la vez, lo cual complementa la inclusión de los Monstruos, unidades poderosas enemigas de gran tamaño, que tienen "barreras" que los vuelven más frágiles si las rompes, ¡y es más fácil romperlas si atacas a más de una casilla a la vez con los batallones!
Presentan un mundo interesantes con varias naciones soberanas, cada una con su historia y sus tramas propias, pero sólo vamos a ver 3 (y se nos menciona Almyra): Adestria, Faergus y Leicester, las facciones dominantes de Fódlan. Cada una tiene su geografía y su historia propios, lo que le querría dar personalidad, pero también tiene unas casas nobles y politiqueos que, tristemente, se quedan en nada. (Casi)Todas las familias se reducen a "Esta es tu unidad. Tiene un padre y una madre de la Familia Nosequé, y no importan porque jamás les vas a ver la cara y sólo te contamos la historia inmediata que afecta a este personaje."
El único lugar que vamos a deambular donde podemos apreciar su vida y costumbres es la Catedral, la base del juego, donde te abasteces y relacionas con tus personajes. Como tiene visitantes de todo Fódlan, te ayuda a enterarte de cosas de todo el país, pero se queda en eso, en comentarios de oídas. Eso no quita que la base tenga encanto. Aunque tristemente se nota que le faltan más áreas y mecánicas que le querían meter; paseándote por sus pasillos, jardines y barracones y hablando con sus gentes, se vuelve más inmersivo.
Desde el principio debes escoger una facción a la que unirte, y eso te vincula a alguna de las 4 rutas disponibles, lo cual hace que haya bastante rejugabilidad, pero te obliga a revivir desde el principio muchas escenas comunes si quieres ver el resto de rutas.
Las rutas son... Interesantes, cada una explora un grupo de personajes y unas tramas con unos temas curiosos, y en cada ruta se te desvelan detalles importantes de la trama general del mundo.
Pero están mal hechas, se siente como que le encargaron cada ruta a varias personas distintas, que no han hablado entre sí al escribirlas, y han juntado los deberes sin mucho cuidado para el trabajo final. En una ruta, un personaje tiene unas convicciones férreas y una personalidad de un tipo, y si juegas otra ruta, esa personalidad es distinta y la convicción se fue por la ventana. En una ruta, una persona tiene un trauma profundo, en otra está como una rosa. En definitiva: Falta cohesión. Están muy bien cada ruta como historias separadas, pero saben raro en conjunto, porque te mandan mensajes confusos.

Al final, quiere ser una grandísima obra con una historia riquísima y compleja, con muchos agentes políticos distintos, muchas facciones actuando a la vez que tener en cuenta, giros de trama sorprendentes, logística, cultura, temas serios como la religión, el deber del poder, la violencia que nos deshumaniza, el internacionalismo y la diplomacia... Y se queda corto, porque le faltan 2 o 3 años para terminar de perfilar la trama e implementarla en un buen ritmo.
Sin embargo, eso no impide que sus gentes, sus deseos de paz, los pasillos de la academia catedral y las aventuras que tenemos en esta entrega de Fire Emblem me enamoren.
Me ha gustado mucho. Me apena mucho no verle ser el juego que desea ser, pero le quiero.

Reviewed on Mar 31, 2024


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