Audiovisualmente el juego es una pasada, y ese T-Rex sigue luciendo espectacular.

Ahora, es un tragamonedas descarado y sin ningún tipo de vergüenza. Los arcades dependen en gran medida de la habilidad y, teóricamente, un jugador muy bueno o que se sepa el recorrido muy bien podría completarlos con una sola vida. Esto es imposible aquí, da igual lo bueno que seas, lo rápido que dispares o que un amigo te ayude. Vas a comer daño de forma inevitable durante todo el juego.

Emulado con un ratón y una precisión y cadencia de disparo mayor ya es descarado, en el propio arcade la experiencia ha de ser aún peor. Por suerte está el arcade de Jurassic Park 2: The lost world, que es una experiencia infinitamente más gratificante, variada y justa.

Reviewed on Dec 09, 2023


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