Las obras de arte van de transmitir emociones, y Omori no sólo me ha enganchado como rpg, sino que también me ha llevado a las sonrisas cómplices, las carcajadas a mandíbula batiente, las lágrimas de pena, el enfado más absoluto y casi el principio un ataque de ansiedad. Entra entre mis juegos favoritos a golpe de sentimiento.

Reviewed on Jun 20, 2022


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