Su jugabilidad es variada y tiene los mejores combates de la toda saga; luchar contra los dioses se siente poderoso y satisfactorio, es casi como combatir contra un grupo de superhéroes. Por otro lado, la subtrama dramática de Pandora es simplona, sosa, podría haber sido mucho mejor aprovechada, le falta ese contenido emocional de tragedia griega del que disponen otras entregas. Ahora bien, el cierre de la saga griega es redondo, es una buena analogía de Prometeo: el retorno de la esperanza a la raza humana.