La experiencia que Omori me ha podido brindar ha sido absolutamente asombrosa, una experiencia que me ha conectado conmigo a nivel personal y emocional. La narrativa de omori se atreve con temas como la nostalgia, la amistad, la depresión y la psicología tras el trauma. Estos temas principalmente son profundizados mientras más avanzamos en la psique de nuestro protagonista. De esta manera, la historia se divide en 2 partes bien diferenciadas, pero que funcionan perfectamente de forma conjunta para contar lo que trata de contar

Por un lado, una gran parte del juego ocurre en los sueños de omori. Esta parte tiene un tono alegre y desenfadado, y hasta cierto punto hasta comédico incluso. Aunque poco a poco se va tornando más oscura con el avance en el juego, brindado momentos que dan bastante mal rollo. Gracias a esto podemos indagar en las relaciones personales y pasado de los personajes principales, desde una perspectiva surrealista, modificada por la propia naturaleza de los sueños. También nos permite disfrutar de la parte más “gamey” del juego, acercándo la jugabilidad de un rpg típico.

Por otro lado, pasamos otra gran parte del tiempo en el mundo real, donde se produce el avance verdadero de la trama. Es cierto que es una parte que se siente algo tediosa y lenta para lo que quiere contar, pero cada vez que ingresamos en la realidad nos recompensa con un giro más en la trama, hasta llegar a un final apoteósico. Un final que me pilló desprevenido, y me dejó totalmente flipado, de mis finales favoritos de este medio.

A nivel jugable me parece que cumple. Está muy bien tematizado el combate, ya que los estados alterados son emociones y no se me ocurre un juego mejor que este para hacer esa analogía. Constantemente estas desbloqueando nuevos ataques y habilidades, lo cual hace más interesante el gameplay debido a las diferentes tácticas a probar. Sin embargo , creo que no se aprovecha bien el potencial del combate debido al diseño jugable poco inspirado de sus enemigos. Todos ellos se sienten idénticos a nivel mecánico, haciendo que a la larga se vuelve muy monótono y repetitivo. En la última zona ya me saltaba todos los combates. Donde creo que aprovecha mejor sus mecánicas es en los bosses, decentemente diseñados aprovechando las posibilidades que dan las emociones como estados alterados.

Su mundo, sobre todo el de los sueños, es muy chulo de explorar y espectacular a nivel artístico. Se nota mucho la influencia de earthbound, y sobre todo de Yume nikki. Mezcla ese estilo pixel art del rpg maker con uno dibujado con bastante personalidad. Zonas como el black space son absolutamente increíbles de presenciar.

Por último, creo que su banda sonora merece ser mencionada a parte, por lo maravillosa que es. Ciento ochenta canciones la componen para dar ambientación y acompañar los momentos intensos y emocionales. La mayoría de sus canciones transmiten sensaciones muy interesantes. Lo único malo, es que al ser tantas, muchas de ellas solo suenan zonas sueltas y al pasar poco tiempo en ellas, es posible que ni siquiera las recuerdes.

En definitiva, Omori no es un título perfecto, tiene algunos agujeros en su trama y su jugabilidad tiene problemas, pero sabe transmitir emociones y contar una buena historia, que ha conectado a nivel personal conmigo y me ha dado una perspectiva nueva a cómo integro mis propios fallos personales. Por eso siempre será uno de mis títulos favoritos.

Reviewed on Sep 22, 2023


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