El legado de Quake en los videojuegos fue traer a los shooters el verdadero 3d, además de popularizar el modo "Deathmatch" en su multijugador. Quedan trazas del ADN de quake en muchos de los shooters modernos que considero de mis juegos favoritos.

Dicho esto, jugar actualmente quake es una experiencia entretenida, pero sumamente olvidable. Todo cumple pero nada impresiona. Es una combinación entre el paso de los años; ya que cualquier shooter actual que se inspire en el lo mejora en todos los aspectos, y algunas decisiones de diseño que lo hacen poco interesante.

La premisa es simple, muévete rápido y dispara a los enemigos, utilizando las armas tu disposición. Armas que en general están bien, pero se echa en falta algo más de variedad, ya que se solapan varias entre si. La super escopeta vuelve inútil a la escopeta normal o el lanzacohetes hace que usar el lanzagranadas no tenga sentido. Mejora la experiencia con las armas lo bien que están integrados los boost a los propios niveles.

Los enemigos están bien diseñados, algunos de ellos con conceptos muy interesantes, que te fuerzan a tomar diferentes estrategias a la hora de enfrentarlos, aunque de nuevo falla un poco la variedad. No quiero mencionar los bosses siquiera por lo malos que son.

El diseño de los niveles es bueno; laberínticos, pero siempre encuentras la forma de avanzar sin perderte. Me hubiera gustado que los secretos trajesen cosas relevantes más que simplemente balas, vida o armadura.

Estéticamente está bien, y la banda sonora prioriza los temas mas centrados en la ambientación, por encima de los típicos con guitarras de metal que potencian la acción. El juego acaba teniendo un toque lúgubre a costa de perder la sensación de adrenalina de las batallas.

Ya he emitido mi juicio sobre este título al inicio, y me repito, es entretenido pero olvidable, posiblemente por culpa de los años que lleva a la espalda. Es la inspiración de algunos de mis títulos favoritos y estoy contento de haber jugado el que lo empezó todo.