Cuando abres por primera vez Lethal Company lo haces pensando que es un juego de terror cooperativo, ya que se describe a sí mismo como tal. En ciertos momentos es capaz de crear una tensión increíble. Pero eso no es solo lo que consigue hacer brillar a este juego. La forma que tiene de manejar su experiencia multijugador lo es. Hasta el punto que podría considerarlo un “juego de comedia”, porque sin duda, es de los títulos con los que más me he reído en mucho tiempo.

Lethal company tiene una premisa simple. Viaja a una luna, explora las instalaciones, recupera objetos con valor, sobrevive y vendelo todo. Este es un bucle jugable que en un inicio me pareció simple, pero lentamente me fui dando cuenta de la cantidad de mecánicas que esconde bajo su capó. Cada enemigo u objeto tiene una forma de operar, que tienes que descubrir por ti mismo. Es parte de la gracia, y creo que ayuda bastante al terror. Me alegro que el juego no te cuente casi nada. El miedo y la tensión se incrementan cuando estás ante un enemigo que no sabes cómo hacer frente, ni de que es capaz. Y vuelve el descubrimiento grupal más satisfactorio.

Pero si tengo que destacar a una mecánica como la que define a este juego, es sin duda el chat de voz por proximidad. No es ni el primero ni el último en utilizarlo, pero la forma en la que lo implementa este título me fascina. Crea una dinámica tensa alrededor de la simple idea de comunicación con tus amigos. No hay nada más aterrador en este juego que hablar sin oír respuesta, sumirse en la duda de si tus compañeros siguen a tu lado, o te espera el mismo final que a ellos. Por otro lado, hila el chat de voz con el resto de mecánicas de una forma muy chula. Hay enemigos ciegos que pueden detectar tu presencia si hablas por el micro. Es una forma un tanto curiosa de romper la cuarta pared, pero que funciona de maravilla.

Su diseño jugable y mecánicas funcionan bien para el terror. Pero funcionan aún mejor para crear esa comedia de la que hablaba al inicio. El juego te brinda las herramientas para crear situaciones graciosas. Tu eres el pintor y el juego es tu lienzo en blanco, solo que para hacer el canelo y no la mona lisa. Y tus pinturas son los objetos que el juego te brinda. Objetos que a veces incluso no tienen utilidad real más que generar esas situaciones graciosas. Todo fluye para hacerte reír, y en grupo todo es aún más gracioso. Los pequeños detalles suman en esta cuestión. A veces solo necesitas una torreta y una pala para descojonarte.

Me dejo para el final su apartado artístico y sonoro, ambos brillantes. Su estética low-poly está ejecutada de una forma excepcional, de modo que no solo es bonita sino que su baja resolución fomenta el terror. Además permite hacer este juego accesible a todo tipo de sistemas, da igual lo potentes que sean. Si tu objetivo es reunir a 4 colegas a jugar, hace muy bien tener en cuenta que no todo el mundo tiene un pc de última generación. Permite jugar a amigos que en otros contextos no se hubieran podido reunir a jugar, y me parece muy bonito.También le ayuda a reducir el presupuesto al desarrollador, para que nos vamos a engañar.

En definitiva, lethal company ha acercado de nuevo a los juegos multijugador, los cuales había ido perdiendo la fe un poco últimamente. Es ridículamente divertido de jugar, y si tienes amigos no se me ocurre una buena razón por la que no lo estéis jugando ya.

Reviewed on Feb 06, 2024


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