Uno de los géneros en los videojuegos que me producen sensaciones más fascinantes e inexplicables es sin duda el terror psicológico. No es un terror cualquiera, más bien uno inspirado en el padre de este género en los videojuegos, Silent Hill. Pocos juegos han sido capaces de llegar a entender y transmitir esas sensaciones como lo hacía la saga de Konami en sus inicios, sin embargo, Lost in vivo es uno de esos. Su atmósfera es claustrofóbica y asfixiante. No olvida en ningún momento a su referente, pero sabe tomar su propio camino y hacer cosas bastante originales a la par de terroríficas.

Lost in vivo es un viaje por la psique de nuestro protagonista, pasando por diferentes lugares parcialmente inconexos, en los que una cosa persiste constantemente. Esa cosa es la sensación de estar siendo acechado por algo. Es una sensación que te asfixia de forma incesante y te tiene en un estado de vigilia permanente. Consigue lograr esa sensación basándose en cimiento que soporta al terror psicológico: Da más miedo lo que escapa a tus sentidos, que el peor monstruo que puedas diseñar. Nuestra imaginación es nuestro peor enemigo en estas situaciones y el juego la potencia con su diseño visual y sonoro. No vemos más allá de dos palmos delante de nuestras narices, de forma que los sonidos y la banda sonora nos mantienen en alerta constantemente. Además aprovecha su cámara en primera persona para reducir mucho nuestro campo de visión, haciendo que no sepamos qué hay detrás y creando una sensación claustrofóbica. Este es otro de los objetivos de este título, la claustrofobia. Pasamos por lugares estrechos constantemente, como tuberías, pasillos o túneles, y nuestro campo de visión nos hace sentir restringidos en todo momento.

Como bien he dicho antes, nuestra imaginación es nuestro mayor enemigo en este tipo de obras, sin embargo, cuando detrás de la oscuridad hay algo, no decepciona. El diseño de enemigos me parece sublime, tanto a nivel estético como funcional. Enemigos como the siren o los mimics dan bastante mal rollo por su aspecto además de cómo te buscan y persiguen. Incluso vuelve aplicar lo anterior comentado en el enfrentamiento contra sotiris. Manteniendo la distancia, sotiris no llegó a hacerme nada. Sin embargo, su mera presencia y posibilidad de hacerme algo me aterraba más que cualquier encuentro convencional.

Todo este viaje por la psique del protagonista tiene un significado. Narra muy bien sus acontecimientos no solo con notas, sino utilizando los escenarios y enemigos para que deduzcas lo que ocurre, inspirándose de nuevo en su padre espiritual silent hill. La primera historia me gustó mucho, tratándose sobre una chica con TCA y diferentes traumas psicológicos. Hace un enfoque bastante bueno a la situación y lo que te cuenta no te deja indiferente. Sin embargo, creo que las otras dos historias no están tan a la altura, además de sentirse inconexas con la trama. Es una lastima porque empezaba bastante bien su narrativa. Pasa algo similar con su final, se siente que ocurre muy de repente. Nada que ver con el “otro final”. No es la primera vez que veo un final falso en un título, pero la forma que tiene de romper la cuarta pared y crear tensión me dejó totalmente flipado.

Poco puedo añadir en su apartado artístico y banda sonora aparte de decir que son geniales. Me flipa la estética de la PS1 que tiene este juego, es tanto preciosa como funcional para crear tensión. Usa ese contraste de metal oxidado y carne, prestado de nuevo de silent hill. Siento que menciono demasiado a esta saga, pero es innegable su influencia, incluso en la propia banda sonora. Esta sabe crear tensión en los momentos necesarios así como aportar calma en lugares como las salas de guardado.

En definitiva, Lost in vivo me ha cautivado. Tengo especial predilección por este tipo de títulos, sobre todo cuando están así de bien hechos. Es una experiencia corta pero indispensable si amas el terror tanto como yo.

Reviewed on Feb 27, 2024


Comments