Me sigue sorprendiendo como Sleeping Dogs me mantuvo pegado al asiento. Claro que esto puede ser por el combate cuerpo a cuerpo y los tramos de tiroteos que ofrecen un montón de emociones fuertes. La conducción, que es extraordinariamente divertida en todo su esplendor arcade, o el hecho de que hay muchísimas cosas que hacer en la versión de Hong Kong que los desarrolladores canadienses de la desaparecida United Front Games crearon. Pero al final de mis casi veinte horas de experiencia, creo que lo mas me entretetuvo fue la historia. Y es precisamente la trama, junto con mecánicas sólidas como una roca y un mundo lleno de misiones, lo que diferencia a este juego de su competencia.

Es decir, Sleeping Dogs no es el típico juego de mundo abierto ( digase los GTA, los Red Dead, Saints Row, etc...); Wei Shen, el prota, no tiene tendencias delictivas y violentas. Por el contrario, Shen es un policía infiltrado con un montón de experiencia que vuelve a Hong Kong, su tierra natal, con el objetivo de ayudar a mantener bajo control los criminales. Pero a medida que Shen es absorbido cada vez más en el submundo de las Tríadas que quería desmantelar en un principio, sus motivos (y el bando en el que acaba cayendo) se vuelven cada vez más borrosos.

Las líneas borrosas de Sleeping Dogs salen a la luz al dividir los puntos de experiencia de Wei Shen en tres áreas: 'Policía', 'Tríada' y 'Prestigio'. Las líneas entre las categorías de Policía y Tríada se difuminan a medida que avanzas en las misiones, premiando la atención a la ley y el orden, así como la audacia y la violencia contra los enemigos. Por otro lado, el aspecto único de 'Prestigio' se relaciona con la percepción de Wei por parte de los ciudadanos de Hong Kong. Realizar favores y ayudar a la población aumenta constantemente este indicador, haciendo que la interacción con la clase trabajadora y ocasionalmente con criminales mejore la reputación de Shen en la ciudad. Este enfoque en el prestigio agrega una capa intrigante y abstracta a la progresión del juego.

En el fondo, Sleeping Dogs hace muchas de las cosas que su más alta competencia en el género hace ya bastante bien, pero donde el juego brilla realmente es en el puñado de cosas que hace decididamente mejor. El combate cara a cara, por ejemplo, es simple y machaca botones (influenciado por estilo de Arkham City que tanto calo en esos años), pero funciona realmente bien y hace que otros juegos del mismo estilo parezcan mediocre y arcaico en comparación. Esto es bueno, ya que confiarás en los combates mano a mano con el esporádico lanzamiento de arma -como cuchillos de cocina, una tubería o una porra- para la mayoría del juego.

Por otra parte, el mayor problema del juego está en su cámara. Ésta a menudo se reposiciona sola hacia el centro, aun cuando estas usando el mando/mouse. Esto puede complicar seriamente la navegación en espacios reducidos o para echar un vistazo alrededor de tu coche en los espacios abiertos. La cámara puede ser también frustrante en algunas situaciones de combate, algo problematico siendo este su principal enfoque, aunque esto ocurre en mucha menor medida. El déficit real de la cámara ocurre, casi por completo, con la conducción por Hong Kong, pero no arruinan la experiencia por suerte.

En general, Sleeping Dogs es un juego fantástico y atractivo que, quitando algunos problemas sin importancia, esta sin problemas dentro de la élite de los juegos de mundo abierto. Ciertamente no es el mejor de su género, pero está bien ejecutado y es lo suficientemente diferente como para destacarse en un campo donde otros juegos lo han vuelto predecibles y repetitivos.

Reviewed on Jan 11, 2024


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