Una mezcla de boomer shooter y rougelite pequeñito, una experiencia corta pero excelente. Solo hay 4 armas, 12 mejoras y 5 enemigos, pero el juego no necesita más.
Te mueves por un laberinto de estrechos pasillos que serpentean con un enemigo a la vuelta de cada esquina, el escenario entero se balancea arriba y abajo, las paredes tienen colores vivos y disparar, recibir daño o hasta moverte hace que la pantalla destellee. Todo esto crea una experiencia angustiante que culmina cuando te das cuenta que el líquido de tu ídolo, que simboliza tu barra de vida, está goteando.
Así tienes que llegar a la meta antes de que se vacíe mientras rellenas un poco del líquido matando enemigos en el menor tiempo posible mientras corres, te deslizas y rectificas en el laberinto que es el juego. Perderás, y cuando lo hagas tu castigo será otra serie de imagenes rápidamente parpadeantes.
La atmósfera psicodélica pero angustiante y violenta es perfecta, la forma en la que el juego consigue transmitirte urgencia, la cuenta atrás con coloridos números (de nuevo parpadeantes) que parecen sacados de revista, las imágenes parpadeantes, creo que nada falta y sobra.
La jugabilidad y el contenido se hacen repetitivos a las pocas horas pero el juego cuesta 3€, está diseñado para ser una experiencia corta.
Ahora van las quejas, empiezo con la accesibilidad. Como ya he dicho hay un montón de destellos e imágenes brillantes peligrosas para algunas personas, molelstas para otras. El juego tiene un "modo accesibilidad" que elimina las imágenes parpadeantes en la pantalla de muerte, pero no cambia ningún otro aspecto del juego, así que no arregla realmente nada.
La segunda queja es sobre la dificultad. Al ser un juego tan cortito y pequeño tampoco es una exigencia pero estaría bien poder bajar (¡o subir!) la dificultad, ajustando por ejemplo el daño de los enemigos y la velocidad a la que se vacía el ídolo.

Reviewed on Jul 16, 2023


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