El peor de la trilogía, pero sigue manteniendo muchas de las cosas positivas que caracterizan la saga de Bayonetta.
En anteriores juegos, el personaje siempre fue tan sexualizado que hasta daba risa, pero a la vez Bayonetta era dueña de su sexualidad y se sentía cómoda y empoderada en esta, por lo que el personaje y sus juegos llegaban a sentirse como una experiencia súper camp, similar a una drag queen. Esa vibra siempre fue uno de los mejores aspectos de estos juegos. Todo esto se pierde en gran parte en este último juego de la trilogía, posiblemente porque buscaban hacerlo más comercial. El toque camp no desaparece por completo, pero si se siente que lo disminuyeron a propósito.
No sé por qué ocurre esto, pero el juego se siente inferior gráficamente que el anterior, siendo que este era para la Wii U, algo extraño ya que la Switch es mucho más potente.
Las diferencias en los controles del tiempo brujo de Viola respecto a Bayonetta afectan negativamente la experiencia de combate, a pesar de que el personaje dentro de la historia está bien logrado.
La música sigue siendo excelente, con muchísimo estilo.
El personaje principal (Bayonetta) sigue manteniendo su toque en cuanto a combate, expandiendo sus habilidades de una manera muy divertida.
El final SÚPER apresurado, forzado y muy decepcionante, creo que ese es el punto más negativo de este juego.