Lo mejor de todo el juego es explorar el castillo, está súper detallado, lleno de referencias y siempre acababa encontrando algo nuevo. Me gusta que realmente haya que esforzarse y explorar para encontrar algunos de los coleccionables, no están simplemente ahí para que los cojas. El resto del mundo también es precioso (especialmente Hogsmeade y algunas de las aldeas) aunque está claro que el foco es el castillo, al menos en mi opinión. La banda sonora, además, está muy lograda, con un estilo muy reminiscente de las primeras dos películas específicamente y varios guiños sonoros (en el castillo más que nada). En general añadía aún más a una atmósfera ya de por sí mágica, válgame la redundancia.
La historia en sí no es nada del otro mundo, pero cumple su cometido y hay algunas misiones secundarias que me han gustado bastante, especialmente la que te desbloquea la primera maldición imperdonable (tengo que hacer aún la exclusiva de PS5, que dicen que está muy bien).
El combate en sí es divertido y de un momento a otro puede volverse complicado y caótico, necesitando de buenos reflejos y con varios combos posibles y distintas debilidades para cada tipo de enemigo que hay que intentar explotar en el momento preciso. Además, tanto las plantas como las pociones le dan un poco más de jugo, aunque solo las utilicé en situaciones puntuales. Eso sí, la mayoría de los pocos bosses que hay son bastante decepcionantes.
Ahora bien, y esto ya es gusto personal, pero como suele pasarme con la mayoría de juegos de mundo abierto, tras cierto número de horas acabo quemándome y simplemente empiezo a ir a tiro hecho con las misiones principales hasta terminar la historia. También el mundo abierto sufre un poco de ubisoft-itis con tantas cosas que recoger por ahí (por no hablar de las casi cien infumables pruebas de Merlín, que las primeras diez están chulas pero luego ya cansa). De momento no creo que vaya a por el 100% porque sinceramente perezote.
Por otro lado, hay un buen aliciente para al menos conseguir los cofres de coleccionables, ya que te desbloquean muebles con los que decorar tu propia sala y los viveros, y la verdad es que en ese aspecto está muy currada la manera en la que puedes personalizarlo. En este sentido también me gusta que haya una opción de transfiguración en la ropa para poder lucir los conjuntos que quieras (y es que hay algunos muy chulos).
Lo que sí me ha molestado hacia el final del juego es que ha empezado a haber bastantes problemas de rendimiento y glitches sonoros que me sacaban de la inmersión.
Al margen de otros detalles, carencias y decisiones de diseño (como tener que usar el infame cursor pseudo-ratón con joysticks en los menús... simplemente ¿por qué?), considero que la experiencia ha sido buena y muy nostálgica. Por suerte el juego terminó cuando ya empezaba a cansarme un poco del combate, que a pesar de ser divertido se acaba haciendo cansino tras 40 horas de juego.
Si hacen una secuela (que visto el éxito en ventas de este, seguramente la hagan) me gustaría que se profundizara mucho más en el aspecto rolero, con diálogos de ramificaciones complejas al estilo de Fallout New Vegas, con algún sistema de karma y que si algún personaje te ve usando una maldición imperdonable realmente haya consecuencias. Y bueno, una itemización que consista en algo más que simplemente equiparte lo que tenga la flechita para arriba.
La historia en sí no es nada del otro mundo, pero cumple su cometido y hay algunas misiones secundarias que me han gustado bastante, especialmente la que te desbloquea la primera maldición imperdonable (tengo que hacer aún la exclusiva de PS5, que dicen que está muy bien).
El combate en sí es divertido y de un momento a otro puede volverse complicado y caótico, necesitando de buenos reflejos y con varios combos posibles y distintas debilidades para cada tipo de enemigo que hay que intentar explotar en el momento preciso. Además, tanto las plantas como las pociones le dan un poco más de jugo, aunque solo las utilicé en situaciones puntuales. Eso sí, la mayoría de los pocos bosses que hay son bastante decepcionantes.
Ahora bien, y esto ya es gusto personal, pero como suele pasarme con la mayoría de juegos de mundo abierto, tras cierto número de horas acabo quemándome y simplemente empiezo a ir a tiro hecho con las misiones principales hasta terminar la historia. También el mundo abierto sufre un poco de ubisoft-itis con tantas cosas que recoger por ahí (por no hablar de las casi cien infumables pruebas de Merlín, que las primeras diez están chulas pero luego ya cansa). De momento no creo que vaya a por el 100% porque sinceramente perezote.
Por otro lado, hay un buen aliciente para al menos conseguir los cofres de coleccionables, ya que te desbloquean muebles con los que decorar tu propia sala y los viveros, y la verdad es que en ese aspecto está muy currada la manera en la que puedes personalizarlo. En este sentido también me gusta que haya una opción de transfiguración en la ropa para poder lucir los conjuntos que quieras (y es que hay algunos muy chulos).
Lo que sí me ha molestado hacia el final del juego es que ha empezado a haber bastantes problemas de rendimiento y glitches sonoros que me sacaban de la inmersión.
Al margen de otros detalles, carencias y decisiones de diseño (como tener que usar el infame cursor pseudo-ratón con joysticks en los menús... simplemente ¿por qué?), considero que la experiencia ha sido buena y muy nostálgica. Por suerte el juego terminó cuando ya empezaba a cansarme un poco del combate, que a pesar de ser divertido se acaba haciendo cansino tras 40 horas de juego.
Si hacen una secuela (que visto el éxito en ventas de este, seguramente la hagan) me gustaría que se profundizara mucho más en el aspecto rolero, con diálogos de ramificaciones complejas al estilo de Fallout New Vegas, con algún sistema de karma y que si algún personaje te ve usando una maldición imperdonable realmente haya consecuencias. Y bueno, una itemización que consista en algo más que simplemente equiparte lo que tenga la flechita para arriba.