Al final de un juego que tiene plataformas de mentira, sigilo de mentira, puzzles de mentira, una trama distópica haciendo críticas de mentira sobre nada, se revela lo obvio. El juego no tiene ni una pizca de esperanza de que las cosas puedan ir a mejor o de que los seres humanos se comporten como tal, y en los créditos se asegura de mostrar que todo intento de su (pobre y falsa) idea de revolución es devorado por el mercado.

Esto se debe a que es un juego devorado por el mercado, por la tendencia, por la mentira, por hacer porque sí, por ser rentable, porque no cree que los humanos tengan nada que hacer por gusto, porque cree que cualquiera se vende o como poco se acaba engatusando por el mal. En esta secuencia de créditos con tono burlón y desesperanzador, el punto de miseria más alto es uno inesperado y accidental. Entre los mensajes de agradecimiento de los desarrolladores, por lo general nada fuera de lo normal, uno de ellos dedica unas palabras muy sentidas a su madre fallecida recientemente. Después de tantas horas de falsedad choca ver un acto tan escondido y tan humano de la nada, que tarda poco en desaparecer de pantalla mientras una versión ensalzada de ironía de la canción recurrente principal sigue sonando, mientras las imágenes de fondo y la escena post créditos se suceden perpetuando que el ser humano no importa y que no tiene capacidad de empatía ni de amor.

Reviewed on Apr 15, 2024


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