Liyla and the Shadows of War

Liyla and the Shadows of War

released on May 18, 2016

Liyla and the Shadows of War

released on May 18, 2016

A man's attempts to keep himself and his family safe from the ongoing war around them. Based on real events from the war in Palestine.


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Such an important game. It's about the deadly 2014 Gaza War, but it obviously has many important things we can still see today during the occupation and genocide in Gaza.

I commend the developer, Rasheed Abueideh, for creating the game to tell such a powerful, needed message. I wish that and hope that more developers would consider telling Palestinians' stories.

Buena parte de los que escribimos estas reseñas venimos de una posición de privilegio que necesita autoflagelarse de lo mundano de nuestras vidas, mientras en muchos otros lugares del mundo no pueden permitirse una fracción de todo lo que hay a nuestro alcance. Es una realidad obvia e incómoda de recordar, la cual tiende a negarse porque ciertamente, los problemas de primer mundo siguen siendo problemas y afectan principalmente a la salud mental de las personas. Como un acto mecánico o escudo de protección, muchos anteponen sus flaquezas buscando el ejercicio de superarlas o evitar que puedan dañar a otras personas. La verdad sigue ahí presente empero, y la deriva estoicista que ciertos energúmenos difunden en redes sociales invita a menospreciar todo aquello que no nos incumbe directamente ("los menas"). Pero con ello obviamos el arma más poderosa que tenemos como seres humanos: mostrar nuestro apoyo a quién lo necesita. Levantar la voz por una causa justa y dialogar con otras personas para encontrar puntos en común. Por muy simple que sea el gesto, aunque falte la valentía para hacer campaña o tomar acción, todo cuenta.

'Liyla y las sombras de la guerra' casi no es un videojuego, pero ese casi es necesario dada la naturaleza en la que Rasheed Abueideh desarrolló (y otras dos personas colaboraron) este software durante 2 años, en evidentes condiciones de pobreza y bajo el estado de vigilancia al que su pueblo se ve sometido asidualmente. En apenas 10 minutos somos testigos de las penurias de los palestinos en su día a día, concentrados en una tira de escenas protagonizadas por el padre de Liyla y sus esfuerzos banales por proteger a su hija de la tragedia. Es muy simple, muy tosco, y los controles parecen programados a pelo entre el código mientras aparenten funcionar bien. Pero no es importante para entender la función protesta que busca su creador, enfocada principalmente en los 51 días de conflicto (oficiales) entre Israel y Hamas durante 2014, con escenificaciones basadas en hechos reales, verificadas por organismos internacionales y Naciones Unidas. Pasadas por un filtro oscuro propio de 'LIMBO' y una imagen cruda, sólo colorida por el despliegue armamentístico de las fuerzas sobre las cuales intentan esconderse.

En 2023, su mensaje es más relevante que nunca dado el protagonismo que ha recibido el conflicto en los medios de comunicación, tras la ofensiva más contundente y genocida que se recuerda del estado israelí en tiempo. Algún sionista ofendido clamará ante el uso que se hace de los niños de este software para provocar al llanto y el sentimentalismo barato, obviando que casi el 40% de la población palestina no llega a los 12 años, y apenas el 2% puede contar su historia al alcanzar la tercera edad. Difícil calificarlo como capcioso o reducirlo a propaganda de una organización terrorista que los emplea como escudos humanos (¡la osadía de construir edificios en sus propios terrenos!). También resulta absurdo relegarlo a la categoría de "videojuego político", cuando básicamente todos los son. Todo videojuego manifiesta posturas e intenciones según lo que enseña en pantalla y lo que no; todo lo que obvia es precisamente todo lo que no quiere que hablemos o dejemos aparcado por lo que considera irrelevante. Querer evadirse del problema no lo hará menos real si cabe, aunque están en su derecho de ignorarlo si así lo consideran.

En 'Liyla y las sombras de la guerra' habrá momentos que debas tomar decisiones para evitar un destino trágico, pero a la larga (corta, vista la duración del juego) se tornan inútiles puesto que el final parece establecido de antemano, y se juega día a día en sus calles. Fuera del alcance de cualquier civil amparado a su suerte, representados en la figura principal de la niña muerta en brazos, sus sueños rotos e inocencia desquebrajada. Visto que la solución a "un conflicto complejo" para identificar dos naciones no tiene visos de llegar pronto, y visto que Joe Biden prefiere jugarse sus ambiciones para ser re-elegido en 2024 descontentando ambas partes (suerte que tendrá un capullo integral como oponente), el videojuego político seguirá siendo necesario para concienciar al público de una parte de la guerra todavía muy desconocida e ignorada. Y aunque todo pueda no ser tan blanco o negro como lo cuenten, obviar la humanidad detrás de esta masacre no es óbice para justificar las atrocidades que se cometen y el impacto que dejan en sus ciudadanos. Los verdaderos olvidados de todo conflicto bélico.

PD: el juego está sorprendentemente traducido al español (el único idioma occidental además del inglés por defecto) y formó parte de un megabundle de itch.io en 2021 cuyos fondos fueron destinados a víctimas del pueblo palestino.

This barely qualifies as a game. It's more of a political statement, and a powerful one at that, bringing forth facts that should never be forgotten.