Cuando salió el originalmente, The Stanley Parable fue el primero o uno de los primeros juegos indie que jugué. Era meta, estaba lleno de situaciones delirantes, y tenía un narrador con una voz graciosa, es decir, tres cosas que me encantan. Sobra decir que se volvió en uno de mis juegos favoritos en aquel entonces, tanto que esperé religiosamente mis cinco años para aquel estúpido logro o jugué The Beginner's Guide o Dr. Langeskov solo porque eran del mismo.

Cuando se anunció esta nueva versión, tenía muchas ganas de jugarla. ¡Una versión expandida con nuevos finales! El tiempo de espera, por suerte o desgracia, hizo que ese hype inicial se disipara en tanta cantidad que he tardado un año en jugarlo desde que lo compré.

He decidido no tocar en la medida de lo posible el contenido original, pues tampoco cambia mucho (solo algunos finales han tenido algunos cambios). Por tanto, mi reseña se enfoca en el contenido nuevo de esta versión. Podemos entender la parte más importante y larga de este contenido nuevo como una nueva historia, con unos tres o cuatro finales lineales que nos llevan al "epílogo" del juego, que curiosamente habla sobre las secuelas innecesarias y el querer volver a vender el mismo juego. Esto era algo que no se hacía en la versión original, donde lo más largo que había era un final específico sin efecto con el resto. Debo decir que está bien, si bien su mensaje es bastante chorra.

Por otro lado, tenemos el balde. Este balde se nos entrega a mitad de esta historia y se convierte en un nueva decisión a tomar: cogerlo o no. Su objetivo es, básicamente, permitir reutilizar los finales y decisiones del juego original para hacer nuevas chorradas, a veces solo cambiando lo que dice el narrador y otras haciendo algo completamente distinto.

El problema es la tediosa repetición a la que nos fuerza el propio juego y que yo, pobre de mi, no encontraba tediosa en 2013. El tener que recorrer cinco minutos de contenido y monólogos que cansan a la octava vez de oírlos simplemente para ver si tomando otra decisión en un momento consigues un final completamente distinto pues no es algo que me haga mucha ilusión, la verdad. Este tedio se incrementa con la aparición del balde, en que si antes teníamos dos opciones en una decisión ahora tenemos ¡cuatro!, añadiendo la variable si llevamos o no el cubo en mano.

¿Me habría gustado más el juego si no hubiera jugado el original? Por supuesto, de hecho seguramente le pondría la misma nota que le puse al original. Es solo que a The Stanley Parable le saqué todo el jugo que le podía sacar hace diez años, y la cantidad de contenido nuevo que hay aquí después de completar esa nueva historia y el tener que repetir cosas hasta la saciedad solo para que me suelten tres frases extra no me permite disfrutar más.

En resumen, juego gracioso que si no jugaste en su momento recomiendo esta versión. Si ya jugaste el original, tú verás. Es más de lo mismo y más largo.