Sapiencial (Nowhere) es la única zona donde el juego se abre y nos permite interactuar con diferentes NPCs o visitar unas pocas tiendas. Las interacciones con la gente de alrededor son simples: te acercas, se indica el botón a pulsar y el NPC suelta alguna frase, que siempre, o casi siempre, son variaciones de ``Lárgate´´ o ``Lárgate o te mato´´. Seguramente esta prácticamente nula interacción no se deba más que a un banal intento por parte de la desarrolladora de proyectar una imagen de espacio semiabierto y actividades ante nuestros ojos, imitando lo que hacen el resto de juegos.

Pero, independientemente del motivo, el mensaje que resulta está claro: ese universo es una mierda.

O te quieren robar o te quieren matar. O matarte para robarte. Todo el conjunto de especies, costumbres, atuendos y creencias diferentes que pueblan el universo contribuyen a la antipatía y desconfianza de todos. El Nova Corpo, la policía del lugar, no es más que un grupo del que hacer mofa, por su incompetencia y corrupción. Ya a ningún cuidada no le sorprendería que cada día se alzase un Dios Oscuro Antiguo para destruir el universo.

La solución a esto, claro está, es rodearte de aquellos a los que quieres y confías (más o menos). Ese es el núcleo del juego: como líder de los guardianes que eres, evitar que esos compañeros tan problemáticos se maten entre ellos, abandonen el grupo, y quizá, solo quizá, se respeten y actúen como un equipo/familia de verdad.

De ahí que el juego obviamente se centre tanto en ellos, que no se callen ni debajo del agua, que cada uno tenga una serie de habilidades especificas necesarias en según qué momentos, las conversaciones de sus pasados cuando encontramos algún objeto explorando y un largo etcétera para otorgar carisma a estos parias.

Una de los mejores añadidos es la toma de decisiones en cinemáticas. No solo aporta a la idea de liderazgo sino sobre todo a darle personalidad a los compañeros, pues muchas veces no harán caso a lo que les digamos, como buenos rebeldes que son.

Por desgracia, una vez que cogemos el mando, estos personajes independientes se convierten en simples herramientas a nuestra disposición. Pues cuando vamos explorando por los típicos escenarios genéricos esperaran a que demos la orden de efectuar cualquier acción, aunque sea completamente obvia. Da igual que Gamora tenga frente a si unas cuerdas que nos impiden el paso, no las cortara hasta que lo digamos. No importa que Rocket esté ante el trigésimo ordenador, no se pondrá a hackearlo hasta ordenárselo.

En los combates es aun peor, ya que no importa que estén rodeados de enemigos a punto de ser abatidos que no harán uso de ninguna de sus habilidades hasta que pulsemos el botón.

Me imagino algún día donde las desarrolladoras dejen de centrarse en el aspecto grafico y lo hagan por ejemplo en la inteligencia artificial de los NPCs que nos acompañan. Como, en el caso de este juego, nuestros compañeros podrían pasar de nuestra cara la mayoría de veces que les ordenemos algo en los combates soltando algún chascarrillo , haciendo que tengamos que adaptarnos e improvisar. O que avancen solos explorando sin necesidad de ordenes estúpidas. Y que conforme avanzara el juego, más caso nos hiciesen y al final convertirse en un equipo sólido.

Espero que este deseo no se quede solo en Trico, de The Last Guardian.

Volviendo a la realidad, pese al gran contra que supone lo dicho anteriormente, el juego me fue ganando conforme avanzaba y mas detalles ofrecía, como por ejemplo que las habilidades supremas de cada uno se desbloquen cuando superan algún trauma o se aceptan a si mismos, en vez de llegando a determinado nivel. El juego tiene buen rollo y momentos desternillantes para dar y vender.

Mención especial para el momento donde los Gañanes se ponen a aplaudir sarcásticamente a un Dios gigante que les puede aplastar en un instante. Aún me sigo riendo de pensarlo.

Reviewed on Mar 29, 2022


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