Es un correcto sucesor del VII, con una primera mitad majestuosa y tremendamente bien ambientada, pero que se da de bruces contra sí mismo a partir de la zona de Heisenberg, donde el juego se transforma en una especie de Bioshock primero y en una suerte de Call of Duty después. A esto se suma una historia por momentos ambigua (ojalá haber conocido mucho más la villa y sus habitantes) con una recta final torpe con unas explicaciones no muy bien desarrolladas y alguna que otra incongruencia ligera entre los personajes.
Aún así queda un videojuego genial en lo jugable, con cero vergüenza (esto es positivo, ojo) y muy entretenido, con un equilibrio estupendo entre la linealidad y la exploración de una zona relativamente abierta, pero lejos de ser de los mejores Resident Evil.
Aún así queda un videojuego genial en lo jugable, con cero vergüenza (esto es positivo, ojo) y muy entretenido, con un equilibrio estupendo entre la linealidad y la exploración de una zona relativamente abierta, pero lejos de ser de los mejores Resident Evil.