Es un correcto sucesor del VII, con una primera mitad majestuosa y tremendamente bien ambientada, pero que se da de bruces contra sí mismo a partir de la zona de Heisenberg, donde el juego se transforma en una especie de Bioshock primero y en una suerte de Call of Duty después. A esto se suma una historia por momentos ambigua (ojalá haber conocido mucho más la villa y sus habitantes) con una recta final torpe con unas explicaciones no muy bien desarrolladas y alguna que otra incongruencia ligera entre los personajes.

Aún así queda un videojuego genial en lo jugable, con cero vergüenza (esto es positivo, ojo) y muy entretenido, con un equilibrio estupendo entre la linealidad y la exploración de una zona relativamente abierta, pero lejos de ser de los mejores Resident Evil.

Reviewed on May 11, 2021


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