Mi primer Resident Evil fue el 3 y desde entonces he jugado a todos los principales (incluyendo como tal al Code Veronica) salvo el 5, el 6 y, hasta hoy, el original del 2. Y aunque siempre le tendré especial cariño a ese primer Resident Evil y al personaje de Jill, ahora que por fin he saldado esta deuda debo reconocer la evidente superioridad de esta segunda parte sobre la tercera.
Los dos escenarios, aunque no tan diferentes entre sí como hubiera sido deseable, interactúan entre sí muy bien y de manera, con algunas excepciones, bastante coherente (más que en su remake, por cierto), y contribuyen a contar una historia completa por encima de los estándares del género y la época (recordemos que ni siquiera había salido el primer Silent Hill). Los fondos prerenderizados siguen luciendo mucho mejor que escenarios poligonales como los más fríos de Dino Crisis o Code Verónica, demostrándose como una gran solución a la limitación del hardware y ayudando a crear una atmósfera de terror. Las cámaras fijas, si bien reconozco que han sido superadas, no sólo lo hacen más cinematográfico sino que también ayudan a generar esa sensación de peligro constante (a veces, con 2 zombies en una estancia, consiguen el efecto de que parezca que esté repleta gracias a los cambios de cámara). Se dota de trasfondo a todos los personajes, aunque sea uno algo básico, excepto tal vez a Ada Wong quien, habiéndola conocido en el 4 y en el remake del, se siente aquí bastante pobre.
Y una cosa no quita la otra, una vez jugado al fin el original, admiro todavía más el trabajo de Capcom en su remake. Una reimaginación perfecta.

Reviewed on Jan 21, 2024


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