La exploración y el ir probando clases fue lo más divertido de este juego, incluso cuando ya quería ir de lleno a la misión final me distraía con cositas por el camino pensando y si me encuentro algo muy bueno. No me gustó mucho la forma en la que desbloqueas las clases especiales, pero nada grave.

El sistema de peones puede ser de las mejores y peores cosas del juego, me parece bastante interesante ya que te obliga a ir probando y buscando nuevos peones con diferentes estrategias y A VECES son bastante útiles y carismáticos, pero las otras veces su IA deja bastante que desear y pueden empezar a aburrir cuando te empiezan a repetir la misma línea de diálogo.

La historia es bien olvidable y las quest principales a veces se sienten como de la época de PS3 y algunas otras se sienten más retadoras o al menos que te ponen a pensar un poquito más y no simplemente ir al punto de misión y ya. El jefe final es un dragón que habla, y eso es demasiado épico.