Desde que supe de él hasta el lanzamiento, tuve muchas ganas de jugar Raji, porque me gustan los juegos en ambientaciones inusuales. En ese sentido lo hace muy bien. Colores, diseño de los enemigos, presentación formal, todo es muy bonito y genuinamente nunca visto. Ayuda su cámara lejana, que retrata a Raji, humana diminuta, metida en un lío entre dioses. El único juego que se me ocurre que puede equipararse es aquel Assassin's Creed de segunda fila ambientado en India, pero constreñido a las mil ataduras que supone ser el enésimo juego de una franquicia establecida. Mientras, Raji precisamente brilla porque ha podido ser lo que ha querido, en la manera en que ha querido, dentro de su escala.

Pero malamente luego está el juego en sí.

Reviewed on Aug 01, 2022


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