Ridge Racer 2 es un repaso de todas las entregas anteriores de toda la saga, incluyendo gran parte de los circuitos presentes en todos ellos, así como varias de sus bandas sonoras además de las nuevas canciones que ofrece éste.
Su jugabilidad es bastante similar a todo lo visto a estas alturas, pero ahora la maniobrabilidad de los vehículos es mucho más suave y responsiva, y esto se nota especialmente en los derrapes, los cuales anteriormente utilizábamos en algunas curvas para tomarlas mejor y podía ocurrir que se cortaran de manera brusca, pero aquí ya no. Esto se debe también a un mayor enfoque en que hagamos un uso constante de esta mecánica, que ha ganado también en profundidad porque a través de ella podemos rellenar hasta tres medidores de óxido nitroso que nos darán mayor velocidad de manera temporal, y que nos llevará a plantearnos en qué momentos derraparemos para rellenarlos y cómo los gestionaremos durante las carreras, pensando también si merece más la pena reservarlos para después utilizar varios seguidos o utilizar uno solo en algún tramo específico. El minimapa también cobra mayor presencia en las carreras, pues en ocasiones es conveniente ir mirándolo para saber cuándo se aproximan tramos adecuados para utilizar un nitroso.
El juego puede repetir muchos de sus circuitos al haber una gran cantidad de giras (56 nada más y nada menos, siendo las primeras 24 las únicas necesarias para terminar el juego), pero el hecho de que vaya en aumento el tipo de coches a conducir (de 1 a 6 tipos) reescribe el cómo nos desplazaremos a través de ellos, y se nota sobre todo cuando llegamos a las giras EX, en las que se van alternando de una a otra los tipos de los coches a controlar.
Si hay algo negativo que decir de ésta entrega es que la dificultad no está bien ajustada. Resulta extraño que a medida que manejamos vehículos más rápidos el juego va siendo cada vez más fácil, de manera que si por ejemplo manejamos una máquina de tipo 6 tenemos la posibilidad de acabar en primera posición antes de haber terminado la primera vuelta de una carrera, y por tanto el resto de ella deja de ser emocionante al no tener a nadie más a quien adelantar ni hay tensión de que los rivales nos puedan alcanzar. Sin embargo, cuando llegamos a las Giras Max, el juego se vuelve increíblemente difícil, pues están formadas por competiciones en las que te enfrentas únicamente a otros 3 vehículos, pero son altamente veloces y no tendrán piedad. En este tipo de giras verdaderamente sí que se siente una tensión constante en las carreras, y el más mínimo error te puede costar perderlas.
En definitiva éste es uno de los mejores juegos de la saga Ridge Racer. Nos permite participar en carreras frenéticas llenas de derrapes y saltos exagerados, además de que gracias a su maniobrabilidad más pulida que en entregas pasadas y mecánicas nuevas sus circuitos son más placenteros de recorrer.
Su jugabilidad es bastante similar a todo lo visto a estas alturas, pero ahora la maniobrabilidad de los vehículos es mucho más suave y responsiva, y esto se nota especialmente en los derrapes, los cuales anteriormente utilizábamos en algunas curvas para tomarlas mejor y podía ocurrir que se cortaran de manera brusca, pero aquí ya no. Esto se debe también a un mayor enfoque en que hagamos un uso constante de esta mecánica, que ha ganado también en profundidad porque a través de ella podemos rellenar hasta tres medidores de óxido nitroso que nos darán mayor velocidad de manera temporal, y que nos llevará a plantearnos en qué momentos derraparemos para rellenarlos y cómo los gestionaremos durante las carreras, pensando también si merece más la pena reservarlos para después utilizar varios seguidos o utilizar uno solo en algún tramo específico. El minimapa también cobra mayor presencia en las carreras, pues en ocasiones es conveniente ir mirándolo para saber cuándo se aproximan tramos adecuados para utilizar un nitroso.
El juego puede repetir muchos de sus circuitos al haber una gran cantidad de giras (56 nada más y nada menos, siendo las primeras 24 las únicas necesarias para terminar el juego), pero el hecho de que vaya en aumento el tipo de coches a conducir (de 1 a 6 tipos) reescribe el cómo nos desplazaremos a través de ellos, y se nota sobre todo cuando llegamos a las giras EX, en las que se van alternando de una a otra los tipos de los coches a controlar.
Si hay algo negativo que decir de ésta entrega es que la dificultad no está bien ajustada. Resulta extraño que a medida que manejamos vehículos más rápidos el juego va siendo cada vez más fácil, de manera que si por ejemplo manejamos una máquina de tipo 6 tenemos la posibilidad de acabar en primera posición antes de haber terminado la primera vuelta de una carrera, y por tanto el resto de ella deja de ser emocionante al no tener a nadie más a quien adelantar ni hay tensión de que los rivales nos puedan alcanzar. Sin embargo, cuando llegamos a las Giras Max, el juego se vuelve increíblemente difícil, pues están formadas por competiciones en las que te enfrentas únicamente a otros 3 vehículos, pero son altamente veloces y no tendrán piedad. En este tipo de giras verdaderamente sí que se siente una tensión constante en las carreras, y el más mínimo error te puede costar perderlas.
En definitiva éste es uno de los mejores juegos de la saga Ridge Racer. Nos permite participar en carreras frenéticas llenas de derrapes y saltos exagerados, además de que gracias a su maniobrabilidad más pulida que en entregas pasadas y mecánicas nuevas sus circuitos son más placenteros de recorrer.