Narrative: 5 - Gameplay: 5 - Visuals: 5 - Soundtrack: 5 - Time: 5
Stars: 5
Katamari Damacy es una de las experiencias más locas y curiosas que un videojuego puede pretenderse. Con una jugabilidad sencilla, divertida y, claro, adictiva el juego te envuelve en un gran katamari pegajoso. En una primera mirada, puede parecer que es para niños o mismo que no tiene nada de interesante para ofrecer, pero su humor distorsionado luego te convence que él es todo, pero no para niños ni poco interesante.
Eres un príncipe alienígena y es orientado por una entidad macabra que se preocupa mucho el tamaño… de tu katamari. Haces un viaje increíble por todo el mundo, creciendo poco a poco, capturando pequeños objetos hasta atrapar los mayores edificios. Toda la ambientación es maluca, con personajes y objetos disparatados, siempre acompañado de una banda sonora muy graciosa – donde voces japonesas riman con latidos electrónicos y ruidos urbanos.
Aunque sea todo muy divertido, el juego es muy corto. Es verdad que tiene una grande rejugabilidad y que los niveles temáticos son geniales, pero deja un retrogusto de “quiero más”.
Stars: 5
Katamari Damacy es una de las experiencias más locas y curiosas que un videojuego puede pretenderse. Con una jugabilidad sencilla, divertida y, claro, adictiva el juego te envuelve en un gran katamari pegajoso. En una primera mirada, puede parecer que es para niños o mismo que no tiene nada de interesante para ofrecer, pero su humor distorsionado luego te convence que él es todo, pero no para niños ni poco interesante.
Eres un príncipe alienígena y es orientado por una entidad macabra que se preocupa mucho el tamaño… de tu katamari. Haces un viaje increíble por todo el mundo, creciendo poco a poco, capturando pequeños objetos hasta atrapar los mayores edificios. Toda la ambientación es maluca, con personajes y objetos disparatados, siempre acompañado de una banda sonora muy graciosa – donde voces japonesas riman con latidos electrónicos y ruidos urbanos.
Aunque sea todo muy divertido, el juego es muy corto. Es verdad que tiene una grande rejugabilidad y que los niveles temáticos son geniales, pero deja un retrogusto de “quiero más”.