Sigo en mi espiral de indies pendientes con este titulo de 2019. Pensé que era un juego de encontrar objetos ocultos, pero más bien es un ligero juego de puzles, con un componente muy secundario de, efectivamente, encontrar ítems ocultos.

No sorprende, no reinventa la rueda ni creo que el apartado jugable sea especialmente remarcable pero esas 2 horitas que dura se hacen muy amenas. Los puzles son simples, pero están muy bien pensados... cualquiera puede ponerse el juego y pasárselo, no es nada difícil (ni lo pretende).

La historia que está de fondo y que tampoco se esmera en contar no es muy reseñable, pero esos "flashbacks" como poco si te dibujan una sonrisa.

¿Es un indie indispensable y que te cambia la vida? No, para nada.
¿Es CUCO COMO ÉL SOLO y te hace pasar un rato agradable? La verdad es que si.
¿Lo recomiendo? Pues claro que si.