Una de las sensaciones que para mí definen la magia de los metroidvanias es la del descubrimiento y exploración. Perderte por sus mundos, descubrir sus secretos y empaparte de su ambientación, es de mis cosas favoritas en estos títulos. Creo que Ori and the blind forest hace esto de una forma genial. Haciendo uso de sus originales mecánicas, te lleva a descubrir cada rincón del bosque. Es un viaje fascinante, aunque tiene varias piedras en el camino. Piedras que me han hecho quedarme con un regusto amargo al terminarlo, ya que de cara al final, se me ha hecho algo denso incluso para durar apenas diez horas.

Como ya bien he comentado, me gusta mucho la sensación de exploración y descubrimiento que transmite este título. Sin duda, gran parte se lo debe a sus mecánicas. Estas convierten la acción de explorar y superar plataformas en algo mucho más rico y estimulante. Lo he sentido a veces cercano a un juego de puzzles. Saber cómo utilizar las mecánicas a tu disposición para alcanzar una zona nueva, sabiendo que te dejan experimentar a tu rollo y con mucha flexibilidad en su uso es una sensación genial. Me quedo con una en especial, y es la que te permite usar proyectiles o enemigos para propulsarte, devolviendo dichos proyectiles en dirección contraria. Me fascina la libertad que te da para hacer muchísimas cosas, para superar cada plataforma a tu manera. Son todo palabras bonitas hasta ahora, pero he de recalcar que se me han hecho algo densas las últimas horas del título. Cuando la exploración prácticamente acaba, y solo te quedan secciones de plataformeo puro, no se me hace tan disfruton. El monte horu o las ruinas de forlorn se me han hecho eternas, y tampoco creo que sea debido a que sean malas sino a una suma de factores.

Aparte de plataformas y exploración este juego tiene un combate. Un combate que no considero del todo bueno. Mezcla unas mecánicas simples, con un diseño de enemigos redundante. Siempre te acabas enfrentando a los mismos 6, por mucho que los cambien de color, haciendose a la larga repetitivo. El combate es otro de esos factores que suman a la hora de que me costase acabarlo, sin duda.

El apartado artístico y sonoro de este título me gustan. Funcionan bastante bien conjuntamente para generar una buena ambientación, separando bien las vibras de cada una de las zonas. Me gusta como ori, con su paleta de color, destaca entre la maleza del bosque. Le hacen sentir único.

En definitiva, Ori and the blind forest es un metroidvania bastante chulo, más enfocado en las plataformas, que acaban siendo su punto fuerte junto al diseño de su mundo. Aunque es una lastima que al final me costasen esas últimas tres horas de juego, pero me quedo con lo positivo y con el disfrute que me ha brindado su mundo.

Reviewed on Feb 18, 2024


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