Sea of Stars es un juego que a todo el mundo nos ha entrado por los ojos. Es innegable lo bonito que es en su nivel artístico y como el pixel art resulta tan llamativo y de tan buen gusto en todos los diferentes escenarios que presenta el juego.

Y también puedo alabar la genial banda sonora, donde independientemente de que el gran Yasunori Mitsuda haya compuesto algunos temas, la mayoría de la música es bastante buena.

Incluso debería destacar el minijuego de girarrodillos que me ha sorprendido y enganchado muy gratamente. Tanto que incluso me lo veo como un juego de mesa con mucho potencial y que no esperaba para nada.

Sin embargo las buenas palabras terminan ahí, ya que el resto del juego es bastante inocente. Plantea una serie de ideas cuya ejecución no acaba de cuajar. El combate es desde el primer momento excesivamente largo, no por su complejidad que con el tema de debilidades enemigas cumple bien, pero no es tan emocionante como para dedicarle varios turnos a enemigos cualquiera de la zona de turno.

La exploración también se siente un tanto agridulce puesto que la mayor parte del tiempo se está muy limitado y llegar a alguna zona concreta requiere pasar sí o sí por otras previas por las que ya has pasado así que completar alguna tarea secundaria al visitar sitios de nuevo es bastante engorroso.

Estos dos puntos son el núcleo del juego y estas pegas pueden hacer el juego cuesta arriba desde bien pronto, pero la historia debería incitar lo suficiente para poder seguir enganchado ¿verdad? Bueeeeeno, en parte sí.

No es que la historia esté mal, que no lo está, tiene personajes de todo tipo e incluso giros y eventos bastante valientes. Pero muchas cosas se sienten forzadas y falta alguna explicación o motivación extra para muchos eventos y personajes.

Incluso algunos diálogos se sienten bastante extraños (aunque bien puede ser por la traducción y en un puñado de ocasiones dejas de intentar comprender el sentido de lo que acaban de decir) y eso es porque el juego pretende tirar para adelante sin darle muchas vueltas a nada.

Aún así, quitando el tema del combate que se arrastra desde el principio y resulta bastante pesado, la última parte del juego, cuando se desvelan un par de giros y estás en el momento previo a la batalla final, parece que todo encaja y funciona mucho mejor y se vuelve más disfrutable.

Lamentablemente a esas alturas, las ganas que quedan son más bien las de querer terminar el juego que las de dedicarle más horas al combate en el coliseo y los jefes secretos.

Reviewed on Jan 17, 2024


Comments