Ghostwire Tokyo tiene una premisa original que además presenta de una manera bastante cuidada su aspecto visual y tiene, además, una forma súper natural de introducir historias y elementos del folclore japonés sobre Yokais.

Lamentablemente, muy pronto (demasiado pronto, más bien) te das cuenta de que algo no va bien con los controles en combate. Es tosco, los movimientos son pesados, el control es casi angular y apuntar (aún con la ayuda) es difícil.

Esto, en un juego en primera persona y para su mecánica central hace que empieces a ver con peores ojos cualquier misión secundaria (aunque tengas genuino interés en aprender más historias sobre fantasmas japoneses) porque estas implican combatir y, dado su tedio, acabas por pensártelo mucho o directamente pasar del tema.

Y es que en este sentido el juego va añadiendo elementos nuevos sobre sus leyendas y criaturas míticas de una manera muy natural, acompañado de un apartado visual que siempre destaca para bien por el contraste que ya supone Tokyo de por sí con rascacielos, centros comerciales y templos antiguos, pero además con criaturas míticas y espectros campando a sus anchas.

Sin embargo, al avanzar e ir enfrentándote a nuevos enemigos más rápidos o zigzagueantes, el combate se nota todavía peor y acaban haciendo que quieras terminar el juego cuanto antes por saber como termina la historia, que no está mal, es curiosa y algo atípica.

Es en ese momento cuando te pueden venir dos opciones a la mente: o ir a saco a por la historia a toda leche (incluso cambiando la dificultad para que pase de ser un suplicio a que, por lo menos, no te de quebraderos de cabeza), o bien dejando de jugar y olvidándote de él para siempre.

Reviewed on Apr 25, 2023


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