La madre de los metroidvania.

La ambientación del juego es brutal, con un tono oscuro y misterioso que te da la sensación de que realmente Samus está metida de lleno en un planeta en el que no la quieren.

Los jefes son retadores, poniendo a prueba tus reflejos y cantidad de misiles y vida que hayas ido recogiendo por el mapa.

Hablando del mapa, te da tanta libertad que podría considerarse también uno de los padres de los mundos abiertos, hay veces que te dan tantas posibilidades, aunque algunas estén "capadas" pues necesitas una habilidad que aún no tienes, que no sabes por qué camino ir, por suerte el backtracking es un sello de este juego, así que tendrás que investigar cada recoveco del mapa si quieres lograr encontrar a la cría metroide.

También si tienes habilidad suficiente puedes ir a zonas a las que no deberías de ir en un momento concreto, pues te hace falta una habilidad, pero que puedes acceder haciendo otro movimiento distinto, como impulsarte con bombas o hacer un salto muy preciso en una pared.
Seguramente escucharás que los controles son malos, que Samus parece que está andando en la luna y no se qué más, pero si está hecho de esa manera y puedes hacer todo lo que he dicho antes, no creo que esté tan mal.


No sé cuántas veces lo habré rejugado pero siempre que lo hago parece que lo estoy jugando por primera vez, es algo que me pasa con casi todos los Metroid.