Este juego es sencillamente FANTÁSTICO. Fácilmente mi kart racer favorito de todos los tiempos. No solo es una maravillosa carta de amor a todo Crash Bandicoot, sino que además es un juego de carreras con unas mecánicas pulidas hasta el vómito y un diseño de circuitos que me dan ganas de llorar. Es una maravilla de este género.
El juego, incluso en Switch (que, la verdad, a veces mete unos tirones de fps que tira de espaldas) se ve de lujo, con los escenarios y personajes rezumando vida y detalles en todos los rincones posibles. Los colores y la iluminación son preciosos, y las animaciones de los personajes son de las mejores que he visto nunca. El gameplay es maniático, frenético, pudiendo alcanzar velocidades pavorosas si tienes la maestría necesaria. Es un juego medianamente accesible para todos (no es un Mario Kart pero tampoco es un enigma descifrar sus mecánicas) pero que puedes llegar a ejecutar trucos, atajos y saltos demenciales. Todo esto, obviamente, ayudado de sus circuitos meticulosamente diseñados para incitar esas velocidades de locura. A nivel jugable es una obra de arte de este género.
Aunque, la verdad, la existencia de las microtransacciones para conseguir monedas en la Pit Shop es... reprochable, como poco. Aunque, todo sea dicho, el juego te da bastantes maneras de conseguir monedas mediante desafíos diarios, semanales y mensuales, además de un bonus de monedas cuando juegas online y otro bonus cuando juegas en fines de semana. Así que no es TAN malo como otros juegos de Activision.
Así que eso, si te gusta Crash Bandicoot y quieres una buena dosis de fanservice, o simplemente te gustan los juegos de carreras, esto es una adquisición asegurada.