Hay dos formas de hacer juegos de corte clásico: la buena y la mala. La buena consiste en hacerlo sobrepasando las limitaciones de antaño y creando nuevas experiencias de sabor familiar. La mala tiene en cuenta los fallos y límites de la época y cambia y mejora solo lo mínimo en su empeño de emular aquellas sensaciones.

Knack va un paso más allá: intenta ser una aventura clásica, no arregla los problemas de pasadas generaciones y encima lo hace todo peor que los juegos en que se basa. La trama no cumple ni en lo básico, el control es torpe de narices, la curva de dificultad es una montaña rusa incomprensible y el diseño de niveles es soso como él solo. Manteneos lejos de este mojonazo a toda costa.

Reviewed on Mar 06, 2021


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