Esta es la cuarta entrega de la saga y es conocida en Japón como Monster World II. Es el primer titulo que no ha sido diseñado para las recreativas, sino para la Sega Master System (1989). Mas tarde en 1991, fue porteado a la Sega Game Gear. También es el primer juego en romper con la barra de vida decreciente con el tiempo, lo cual permite por fin una exploración decente. Y es que este juego ya se puede considerar un metroidvania con backtracking en toda regla.
La historia comienza literalmente al final de Wonder Boy in Monster Land, recreando (de manera más simple) el último nivel del juego y la batalla de Wonder Boy (Bock Lee Temjin) contra el Meka Dragón, tras la cual Wonde Boy quedará maldito y se transformará de Hu-Man a Lizard-Man. Tras escapar del castillo acabaremos en un pueblo que servirá de hub principal para ir a otras zonas, muchas de las cuales no son accesibles porque nos falta algún objeto o habilidad de las que iremos consiguiendo al avanzar en la aventura. Según recorramos las zonas, nos encontraremos con otros 5 dragones mas que nos irán maldiciendo según los vayamos derrotando para finalmente conseguir una cruz que rompa nuestra maldición y poder volver a casa. Este juego trata de adaptarse y saber sacarle partido a las nuevas formas que vamos tomando. Por ejemplo, Lizard-Man puede lanzar fuego, Mouse-Man puede andar por ciertas paredes y techos, Piraña-Man puede nadar libremente, Lion-Man asesta golpes muy fuertes y amplios y Hawk-Man puede volar. Llegado cierto punto en la historia, desbloquearemos una sala en el poblado que nos permitirá cambiar a la forma que queramos antes de (re)explorar la siguiente zona que queramos. Como apartado negativo destacaría lo ridículamente difícil que es matar a algunos dragones, tan solo por el hecho se que tienen 100 puntos de vida y cada golpe tuyo les resta 1 o 2 puntos. Además, las mazmorras son en ocasiones “laberintos” completamente lineales llenos de enemigos, pero se le perdona porque el mundo exterior sí que está bien.
Gráficamente la saga vuelve a los 8-bits, pero los años de experiencia se hacen notar con un rendimiento constante a 60fps sin bajones ni parpadeos y sprites coloridos y un pelin más grandes de lo que suele ser habitual para los 8-bits. Aparte han añadido buenas animaciones al protagonista, podremos ver expresiones cuando ataca o que se le ve distinto cuando está mirando a la derecha que cuando está mirando a la izquierda.
No puedo irme sin mencionar el apartado sonoro, ya que este juego usa el chip modulador FM para añadir uno (¿quizá dos?) canal de audio FM a los 4 canales de audio PSG que ya tiene la Master System. Esto añade sonidos bajos a la ya de por sí muy buena música que tiene el juego, y una vez has jugado con ello, no te apetece jugarlo sin el modulador FM. Este chip solo estaba como add-on para la Mark III o incluido en la Master System japonesa, por lo que en teoría las versiones occidentales nunca se han podido escuchar así. Wonder Boy Anniversary Collection hace una pequeña trampa, emulando una Master System japonesa para que podamos escuchar la versión en inglés de este juego, tan bien como lo hacían en Japón. Todo un detalle.
A pesar de que no creo que este en el podio de los metroidvanias de 8-bits, Wonder Boy III the Dragon’s Trap es un hito enorme para la saga y un buen juego.

Reviewed on Sep 17, 2023


Comments