Soy una especie de "hater" de Yu-Gi-Oh precisamente porque esa idea utópica de "antes el meta era mejor" es una burrada que nunca existió. Siempre ha estado (esto muy generalista) dominado por dos o tres barajas, en su tiempo stompy, y por ahí pululan los Exodia. Las cartas están absurdamente desbalanceadas unas de otras desde el comienzo, donde claramente la mejor carta que tirar eran el Summoner Skull, en vez de jugar cualquier otra cosa por la cantidad estupida de puntos de vida. Que el único Ritual bueno era el Relinquished, que habían mágicas sin ningún puto uso. Tras jugarlo de primera mano con conocimientos básicos circa 2011 - con un mazo de zombies - supe que Yu-Gi no es para mí. Me fascina el diseño de los monstruos y la estética old-school de su primera edición, pero el ritmo y mecanización del juego no pega para nada con mi concepto "ideal" de un juego de cartas.

Me gusta bastante más Magic por la libertad entre formatos y el cómo tratan de evitar sustancialmente esa automatización. Aparte, Commander es god. De hecho estoy llevando las cartas Yu-Gi-Oh! al MTG (una especie de hobby que tengo con amigos, crear cartones con cabeza y eso). Nada contra este juego en particular, pero estoy de acuerdo con que esa burrada de "por fin podré jugar mi baraja de *inserte monos random de 1200 de ATK" nunca sucedió.