En palabras de su creador, Max Krieger, la propuesta detrás del 'CROSSNIQ' original en 2017 era aunar la jugabilidad clásica de un puzle match-3 estilo 'Bejeweled', con la visión cromática y estrategia habituales para resolver un cubo de Rubik. En una cuadrícula 2D compuesta de bloques de 3 colores posibles, el objetivo es simplemente empujar las líneas y columnas a los lados para formar un Cross (cruz, +) con dos tiras de colores del mismo color, lo cual parece mucho más fácil de lo que realmente es. Conseguirás más puntos conforme menos tiempo emplees para formar un Cross, pero si tardas demasiado en juntar las piezas saltará un límite de tiempo que finalizará la partida. Cuantas más combinaciones, mayor será el nivel de la partida, más bajo será dicho límite de tiempo, y más puntos obtendrás con cada Cross ejecutado. Conciso, al grano, sin parafernalia que manche el diseño del juego, ni nada que nos distraiga de obtener la máxima puntuación posible. 'CROSSNIQ' consigue recrear esa sensación de ansiedad habitual en una partida de 'Tetris', donde los puntos huecos en el tablero son consecuencia de tus errores y van añadiendo presión por la amenaza de que acabe la partida; con menor tiempo para reaccionar y más probabilidades de pifiarla cuanto más cerca del límite se encuentre. En 'CROSSNIQ', ese límite lo marcan ciertos bloques especiales que actúan como cerrojos e impiden desplazar líneas dependiendo de su posición en la cuadrícula. A más nivel, más cerrojos, más difícil de gestionar la situación, menor tiempo para reaccionar, más fácil pifiarla.

Una experiencia pura y sin muchos alardes a nivel de presentación, pero obviamente muy poco viable como producto comercial en los tiempos que corren. Es por eso que dos años más tarde llegaría 'CROSSNIQ+' como una versión renovada del concepto principal de Krieger, publicada también en Switch. Con una puesta en escena fantástica con estética dosmilera (Y2K) y menús estrafalarios que serían la pesadilla de todo UI Designer moderno. Ocupando todo el espacio de la pantalla, con letras tamaño XL, formas extrañas y usabilidad por los suelos: todo a lo que debería aspirar un menú de videojuegos mismamente con alma propia. La jugabilidad principal se mantiene prácticamente inalterada, pero 'CROSSNIQ+' incorpora nuevos modos de juego como Contrarreloj y Versus, en el que dos jugadores pueden lanzarse dardos mútuamente en pos de la supervivencia. Sin embargo, muchas de las ideas que Krieger quiso implementar se quedaron en el tintero por falta de tiempo, como un modo aventura con los personajes incluidos en el modo multijugador (tirados a la basura), o programar una simple IA con la cual enfrentarse en Versus… que digo yo, es una omisión bastante llamativa.

¿Podríamos considerarla la versión definitiva pues? Pese a todo ello, sí. Sin embargo, la extrema simpleza del concepto detrás de 'CROSSNIQ' es también su mayor debilidad, pues da la sensación de que le falta un hervor para ser realmente adictivo durante largos periodos de tiempo. Otro factor que genera muchas dudas está en escoger método de control, porque ninguno se sabe el más confortable o adecuado. Emplear ratón y teclado como en los viejos tiempos no parece la solución más accesible al problema; mover el puntero con botones permite emplear algunas técnicas avanzadas, pero también resulta bastante engorroso y lento de manejar. Los controles táctiles que posee la versión de Switch parecen los que mejor saben aunar velocidad y precisión en tus acciones, pero cuando nos enfrentamos a cuadrículas más grandes que el 6x6 estándar, puede ser bastante complicado realizar los movimientos exactos que queremos (aparte, tu mano tampoco es invisible) en un juego que resulta crucial, porque constantemente estamos reubicando bloques que se han arrastrado por querer desplazar otros distintos. Estas son algunas de las razones que privan a 'CROSSNIQ' de la excelencia, pero es innegable que en su interior se halla algo especial: una esencia que concentra todo lo que Krieger estudió de este género de juegos y plasmó tomando por bandera su jugabilidad y espíritu revolucionario. Por supuesto, los temazos que DV-i y ViRiX Dreamcore compusieron para la versión extendida ayudan también a quererlo mucho.

Reviewed on Dec 15, 2023


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