Un chasco viniendo del primer 'Baten Kaitos', y es una lástima que el resultado final haya salido así porque se aprecia el intento de Monolith Soft por escuchar las quejas sobre el primer juego y pulir sus espinas.

Lo primero que sorprende de 'Baten Kaitos Origins' es su nuevo sistema de combate, mucho más ágil y concebido para combinar ataques entre los miembros del grupo. Sin embargo, para que funcione en teoría, el componente de deck-building ha sido simplificado dramáticamente y sustituido la plétora de armas/equipación por ataques genéricos, fácilmente enlazables entre ellos. Esto consigue que los combates sean más dinámicos pero mucho más repetitivos si cabe (sobretodo en los primeros compases de la aventura), con escasa variedad de movimientos y técnicas que añadan complejidad sobre la marcha. Para más inri, los tres protagonistas comparten un mismo mazo de combate, en vez de tenerlos separados como en el primer juego (algo que podía ser engorroso en primera instancia, pero ayudaba a personalizar su estrategia de combate). Y por si fuera poco, llenar el mazo con nuevas cartas suele ser contraproducente si sigues las indicaciones que marca el juego, porque te obligará a descartarlas si no las necesitas en combate y perder turnos adicionales que el enemigo bien sabrá aprovechar.

De hecho, el mazo más óptimo es aquel que amplíes lo mínimo posible: pequeñito, entorno a 30 cartas, la gran mayoría siendo ataques básicos, y luego algún Magnus adicional para recuperar vida y para equipar armas (sólo una al mismo tiempo). Lo puedes exprimir de la manera que quieras, pero los fundamentos son esos y saltárselos se paga caro. En consecuencia, la progresión del juego se sabe extremadamente tediosa (sobre todo en los primeros compases de la aventura). Rara vez encuentras tesoros que supongan una mejora a lo que ya tienes, los stats sólo aumentan al subir nivel (muy poco), e incluso las tiendas están plagadas de Magnus inútiles que banalizan cualquier uso que puede hacerse del dinero... personalmente, no recuerdo haber gastado prácticamente nada de lo obtenido. Por supuesto y como mandan los cánones, Monolith Soft hace un trabajo horrible para explicar cómo funcionan sus sistemas RPG y los tutoriales brillan por su ausencia cuando más se necesitan. Marca de la casa.

La monotonía es un valor del cual el RPG moderno trata de rehuir a toda costa, pero en 'Baten Kaitos Origins' forma parte de su identidad como precuela. La fascinación al visitar una nueva isla flotante ha desaparecido, y en su lugar encontramos los mismos escenarios que conocíamos del original, con muy pocos cambios por el camino pero con personajes 20 años más jóvenes, infantilizados en su manera de ser y colocados como reclamo para enlazar ambas narrativas. 'Origins' posee un arranque todavía más lento que en el primer juego, recorriendo el mundo en pos de detener la industrialización de los continentes sin que tengas la sensación de que tus acciones importen, o que la amenaza opresora sea tan palpable en el ambiente. El pacing se resiente también porque en multitud de ocasiones, la narrativa traslada a los personajes 1000 años atrás en el tiempo para contar la Guerra de los Dioses y los orígenes de Malpercio, lo cual está francamente bien, pero se preocupa tanto de construir el contexto necesario para su "gran revelación" (no tan efectiva como en el primer 'Baten Kaitos') que parece desconectado del resto del juego. Desgraciadamente, 'Origins' insiste también en un diseño de mazmorras bastante mediocre y con una mayor dependencia a guardar/utilizar Magnus de campo para generar puzles, haciendo la navegación mucho más engorrosa e incluso a veces diseñada a mala fe. No han sido pocas las ganas que tuve de aparcar el juego. Pero dentro de lo malo, cuando el sistema de combate luce en su máximo esplendor, el último tercio de la aventura es mucho más consistente y agradable de jugar.

Aún así, es extraña la función que cumple 'Origins' como punto de enlace con el primer 'Baten Kaitos'. Insistiendo en los conceptos menos interesantes que propuso este (el imperio de Alfard, los antagonistas menores que eran Geldoblame y Giacomo), sin que el vínculo resulte muy convincente al final de la partida, incluso sin explicar cómo ninguno de los hechos de 'Origins' terminan manifestándose en el primer juego (lo hizo un mago). Tampoco se entiende la reducción del casting a 3 personajes siendo este uno de los fuertes de 'Baten Kaitos'. Vale, Guillo se hace de querer y es una representación no binaria muy simpática para el año que salió este juego, Milliarde es bastante maja también, pero Sagi como protagonista es un downgrade enorme viniendo de Kalas y su actuación a dos bandas que le hacía tan poco convencional dentro del género. Kalas era chulo y prepotente, pero también metódico y capaz de deducir el camino a seguir por su propia cuenta; en cambio Sagi no dista mucho del buen samaritano, tradicional del JRPG, que se entera muy poco de lo que sucede pese estar íntimamente relacionado al giro argumental más importante del juego. Pese a ello, los tres en su conjunto generan una buena dinámica entre sus pullitas y comentarios ocasionales, y el coqueteo entre Sagi-Milliarde parece bastante dulce y genuino a fin de cuentas.

Tras casi 50h de partida, no sé si ha merecido tanto la pena. Cierto en sí, es un milagro que esta secuela exista dado el nulo presupuesto que puso Namco sobre la mesa y que Nintendo interviniera contra pronóstico para publicar el juego en GameCube (extraño propietario de este título cuando no posee la IP, un caso similar a 'Bayonetta 2-3-Origins'). El apartado artístico y los escenarios pre-renderizados siguen luciendo muy bien (auqnue las caras, Juan, las caras), la música de Motoi Sakuraba sigue dando mucha caña, ocasionalmente hay algún momento de genialidad que sólo Monolith Soft (y tri-Crescendo, no olvidarse de ellos) podría conseguir. Pero sabe a poco. La cantidad de elementos reciclados es desorbitada, incluyendo una enorme variedad de enemigos y localizaciones, pero eso no sería un problema si los fundamentos detrás de 'Origins' fuesen más sólidos. Al final, no sé si hubiese preferido haber tocado únicamente al primer juego y desentenderme de todo lo que sucediese alrededor. Pero oye, ni tan mal.

Reviewed on Feb 09, 2024


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