Estoy dispuesto normalmente a que la nostalgia tire del carro, más siendo algo a lo que le tengo tanto cariño, pero cuesta cuando la nostalgia es la única cualidad de un juego. Tras 7 películas jugadas con impresiones irregulares, y en el transcurso de meses (porque era incapaz de engancharme al juego), ver a mi querida The Last Jedi destrozada de ese modo, llena de misiones tediosas, rusheando momentos clave en cutscenes en vez de hacerlos jugables, y despachándose importantes momentos narrativos con monotonía y poca gracia, terminé entonces de decidir que por muy fan que sea de esta saga, este es un juego que no me gusta mucho en realidad.

Sientes el scope escapándose de las manos del estudio en todo momento, y la solución es una huida hacia adelante donde cantidad va antes que calidad. Abruma pensar en todos los coleccionables insignificantes y en esas misiones secundarias deslucidas en un mundo sin vida, que probablemente han quitado horas de hacer una adaptación algo más astuta. Horas y horas de contenido al servicio de una serie de sistemas demasiado simples que tampoco invitan a pasar mucho tiempo en ellos. E igual estáis pensando “es Lego, qué carajos estás pidiendo”. Sé que los juegos de Lego han sido siempre más simpleza simpática que otra cosa, pero en un mundo en el que la Lego Película existe, es inevitable sentirse decepcionado cuando uno se encuentra con este humor inerte y este nulo sentido del ritmo. Y si la adaptación de los contenidos es pobre como para ilusionar al fan, y a nivel jugable es tan insignificante como para enganchar al no fan, pues ya me diréis que hacemos aquí.

Reviewed on Nov 09, 2022


Comments