La mezcla perfecta entre Dark Souls y The Legend of Zelda, acompañado de una vista isométrica que le da un toque único a la exploración de su mapa que, aunque es más simple de lo que aparenta, tiene un diseño de niveles bastante bueno.

Con esas referencias, si el equipo de desarrollo trabaja bien es muy fácil hacer un buen juego, como es el caso, pero no todo en el juego es bueno. No termino de entender la necesidad de incorporar un idioma propio que no hace más que entorpecer los descubrimientos y hace el juego más farragoso que otra cosa. Todo el tiempo invertido en esta faceta podrían habérselo ahorrado o invertirlo en otra cosa como, por ejemplo, el combate.

El combate de Tunic no es malo pero sí peca de simplón. Las armas son bastante escasas y da poca opción a la personalización de la build, además de hacer que el gameplay a la larga acabe siendo siempre muy parecido y con poca profundidad jugable. Sin duda, en este aspecto podría estar un poco más cuidado el título.

Entre lo que más me ha gustado de Tunic está el diseño de los bosses, todos muy distintos, cuidados y mecánicamente ricos. Además, visualmente es una delicia ya que posee un diseño de arte de mucho nivel.