Tan solo en la segunda entrega, la saga Uncharted alcanzó el peak de la fórmula. Con la base del primer juego, consiguiendo llevarlo un paso más allá en casi todos sus apartados, pasa de un buen juego a un auténtico juegazo. Historia de PS3.

Estaba muy claro dónde debía mejorar el primer Uncharted, y este segundo consigue solucionarlo casi todo, manteniendo además, o incluso puliendo también, muchas de las mejores cosas que tenía la primera entrega. Pasa de ser un juego repetitivo en muchos tramos a una aventura trepidante cargada de variedad.

Una de las mayores contras del primer Uncharted era su excesiva repetición de situaciones, mucho tiroteo con coberturas idéntico (haciéndolo peor, encima, que otros exponentes del género como Gears of War). Uncharted 2 tomo aquí una decisión muy inteligente, acercándose aún más al cine. La solución que aporta, que funciona en varias capas, es abrazar, aún más, esa narrativa cinematográfica del cine de acción/aventuras, especialmente representada en los 80s-90s. Todo tiroteo varía mucho más, con el escenario destrozándose alrededor, haciéndolo todo más frenético. El escenario deja de ser un simple fondo donde jugablemente nada cambia, ya podía ser una jungla o una montaña que el gameplay no se alteraba casi en lo más mínimo. La acción no se afronta de la misma manera en los diferentes escenarios, y estos son capaces de hablar por sí mismos y aportar a la narrativa, es todo un avance para la época.

Algo que parece un simple detalle lo cambia todo, acompañado por unos ángulos de cámara, que también beben del cine, para aumentar aún más esa espectacularidad en la que cae muchas veces el juego, pero también lo cambia todo en la calma, con un ritmo más calculado que Uncharted 1. Sabe medir muchos mejor los tempos, ese momento en el poblado nepalí que aporta tantísimo a la narrativa del juego. Depura su narrativa casi al máximo que puede ofrecer su fórmula, y con esto mejora también su jugabilidad, sin cambiar prácticamente ninguna mecánica.

Quizá su único pero en este sentido es esa etapa final algo atropellada donde un villano bastante mierdero (con un enfrentamiento que se hace más coñazo que interesante) no logra estar a la altura del resto del juego. Es un problema que también tenía su primera entrega. Los villanos no logran aportar prácticamente nada en lo jugable ni desde el guion, el juego funcionaría igual, o incluso mejor, sin ellos, y como toda gran cinta de acción/aventura, sus personajes necesitan un desafío a la altura, y es el algo que los villanos no saben darle.

Porque sí, los personajes vuelven a ser de lo mejor de Uncharted, si algo funciona no lo toques, está claro. Además, han sabido añadir a una Chloe que entra sin vaselina y tiene una continuidad en la saga más que merecida, al igual que los Sully o Elena.

Gráficamente da también un salto tremendo, viéndose de puta madre aún a día de hoy, acompañado, esta vez sí, por un diseño artístico tremendo; variado en sus localizaciones. Es un juego que cambia menos de lo que parece respecto Uncharted 1, pero lo que toca suma muchísimo.

Es un juego que cambia menos de lo que parece respecto a Uncharted 1, pero lo que toca suma muchísimo. Otro gran ejemplo donde el total es mayor que la suma de sus partes. De hecho, Uncharted 2 me ha parecido mejor en esta rejugada que en su época. Se mantiene fresquísimo, y su legado en la narrativa más cinematográfica del videojuego sigue patente, TLOU no sería lo que es sin U2.

También entiendo por qué llegué a abandonar Uncharted 3 en su día, esta entrega lleva al límite la fórmula, siendo muy complicado estar a la altura o que no se sienta más de lo mismo sin proponer algún tipo de revolución o algún añadido que lo cambie todo como hace el propio Uncharted 2.

Me reitero, Uncharted 2 no cambia una locura, la base es la misma, las mecánicas prácticamente idénticas, pero ese paso adelante en la narrativa, haciéndolo todo mucho más visual, mucho más impactante, con ese escenario tan participativo y esos planos que arrebatan el poder al jugador... Revoluciona por completo la propuesta, sumado a un mejor sentido del ritmo (donde quizá sí que podría ir un pasito más allá), dejan a Uncharted 2 como una completa masterclass de cómo segundas partes "siempre" fueron buenas. No es perfecto, pero es muy difícil llegar a su altura.

Reviewed on May 07, 2022


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