no puedo enumerar la cantidad de veces en la que este juego cruzo la línea que cualquier obra de ficción quiere cruzar, la cantidad de veces que me vi reflejado en el charco de agua turbia y lodosa que es su protagonista, la cantidad de veces que me hizo quedarme inmóvil después de un dialogo o un pensamiento, simplemente mirando a través de mi monitor a un vacío infinito mientras escuchaba su música mezclándose con sonidos de una ciudad ruinosa, o las veces que deje de jugarlo para acostarme a llorar en posición fetal.
una vez que lo termine me di cuenta que por mas interesante sea la historia, la historia no es lo que importa, lo que importa es como el juego te habla y aún mas importa como te escucha, porque te escucha, sabe lo que pensas y lo que queres y a veces te lo da pero a veces es caprichoso, como la vida.
compensa no solo tus triunfos si no también tus fracasos, y te regala cosas hermosas, te regala risas y te regala angustia.

creo que no me voy a olvidar de Disco Elysium.
Disco Elysium va a quedarse por mucho tiempo, ahí, fermentandose en mi hipocampo hasta que Martinaise me vuelva a llamar para contarme otra historia.

gracias Disco Elysium.