Un ejemplo perfecto de lobo con piel de cordero.

Bajo el disfraz de la monería y la amabilidad, unas dinámicas devastadoramente consumistas. Nada se hace como fin en sí mismo, por el gusto que pueda dar, sino para conseguir más monedas (y en este juego no sólo hay bayas, como en los demás, hay hasta 3 clases de dinero) o más espacio en el trastero. Es decir, el fin es la pura acumulación de riqueza y bienes. Pescar, bucear, hablar con tus vecinos, se vuelven actos mezquinos y egoístas bajo esta perspectiva.

Respecto a la amplia capacidad de moldear tu isla a tu gusto, el juego se revela igual de podrido ideológicamente. No hay respeto por el mundo, por la gente con la que lo cohabitas. Absolutamente todo gira en torno a ti y a lo que puedas conseguir tú. Mejores gráficos, una isla más grande, más eventos, pero todo al gusto del consumidor. Y por tanto inerte, sin vida. 𝑨 𝒍𝒊𝒇𝒆𝒍𝒆𝒔𝒔 𝒍𝒊𝒇𝒆-𝒔𝒊𝒎.

"Pero es un juego para niños, no hay que darle tantas vueltas, hombre."
1. No, no lo es, todos los millenials que conozco juegan a esto.
2. Incluso si así lo fuera, con más razón se critica la entrada más abyecta de la franquicia.

Reviewed on Jun 06, 2023


Comments