Nier Replicant realmente se destaca por sus personajes increíbles. Cada uno está tan lleno de carisma y profundidad emocional, haciendo que cada interacción sea memorable. El mundo y la mitología son súper detallados e interesantes; te absorben por completo y te hacen pensar. Lo que realmente es asombroso de este juego es el profundo mensaje que transmite. Aborda temas complejos y cuestiones morales que se quedan contigo mucho después de haber terminado de jugar. Si te encantan los juegos con historias épicas, personajes que no olvidarás y mundos que te sumergen totalmente, entonces tienes que probar Nier Replicant. Es un juego que definitivamente vale la pena tu tiempo.

PD: La desventaja son sus misiones secundarias, que pueden sentirse sin sentido y aburridas. En cuanto al gameplay, es bastante estándar de hack and slash. La trama es tan buena que aún hace que el juego valga la pena jugarlo.

“Nier: Automata” es una obra que desafía las expectativas y redefine lo que podemos esperar de un videojuego, mezclando con habilidad su gameplay con una narrativa profunda y cargada de filosofía. A pesar de su aclamación mundial, no está libre de críticas, principalmente dirigidas a su jugabilidad y construcción del mundo. Algunos jugadores pueden encontrar el gameplay, aunque mejorado respecto a “Nier Replicant”, algo repetitivo. La diversidad en mecánicas y la mezcla de géneros no siempre son suficientes para evitar la sensación de monotonía en ciertas misiones y en la estructura de combate. Sin embargo, personalmente encuentro tanto el gameplay como las misiones secundarias significativamente más disfrutables que las de su predecesor.
Además, la construcción del mundo, otro punto de discusión, puede ser vista como inferior a la de Nier Replicant. Mientras Replicant es elogiado por su detallada inmersión en el lore y la rica construcción de su universo, Automata opta por un enfoque más simplificado en este aspecto. Aunque esto sirve para centrarse más en la exploración de temas filosóficos y el desarrollo de personajes, podría decepcionar a quienes valoran profundamente la densidad y la complejidad del mundo del juego.
Sin embargo, estos aspectos no merman la grandeza de Nier: Automata como obra maestra en el panorama de los videojuegos. La narrativa del juego es una compleja telaraña de emociones y reflexiones filosóficas que desafía nuestras percepciones sobre la existencia y la humanidad. Los personajes, incluidos 2B, 9S y A2, son ejemplos magistrales de profundidad emocional y desarrollo, ofreciendo una ventana a la esencia de lo humano a través de seres que, por naturaleza, no lo son. La filosofía que impregna Nier: Automata eleva la experiencia más allá de lo lúdico. Mediante la exploración de temas como la conciencia, la libertad y el significado de la vida, el juego invita a una reflexión profunda, enriqueciendo la experiencia del jugador con preguntas que trascienden el mundo del entretenimiento videojugabilístico.
A pesar de que por la propia naturaleza de su gameplay no es divertido para cualquiera, Nier Automata mejora exponencialmente con respecto a Nier Replicant. Además de la inclusión de un estilo de combate a dos armas en su lugar de un estilo de combate con solo un arma, Nier: Automata combina acción de alta velocidad con elementos de RPG, shoot 'em up, y más.
La banda sonora, compuesta por Keiichi Okabe, es una parte integral de Nier: Automata, enriqueciendo cada aspecto del juego. Esta no solo sirve como fondo musical para el juego, sino que es fundamental en la construcción de su atmósfera única y en la profundización de la experiencia emocional del jugador. A pesar de que la mayoría de sus temas utilizan el "Chaos Language" –un idioma ficticio que mezcla sonidos de varios idiomas reales–, la música trasciende las barreras del lenguaje para evocar emociones y narrar historias sin necesidad de palabras comprensibles. El tema "Weight of the World", a diferencia del resto, incluye versiones en idiomas reales y sirve como un poderoso vehículo de conexión emocional hacia el final del juego. Su capacidad para transmitir esperanza, desesperación, y una gama de emociones en medio de los conflictos del juego es un testimonio del profundo entendimiento de Okabe sobre cómo la música puede amplificar la narrativa y la jugabilidad. La banda sonora, en su conjunto, juega un papel crucial en la inmersión, acompañando a los jugadores a través de las desoladas bellezas del mundo de Nier: Automata, reforzando la sensación de soledad, conflicto, y a veces, de efímera paz.
En cuanto a los personajes, es interesante notar cómo las percepciones varían entre Nier Replicant y Nier: Automata. Mientras que algunas personas (entre las que me incluyo) pueden encontrar a los personajes de Replicant más carismáticos debido a su desarrollo y las relaciones interpersonales que mantienen, Automata ofrece un enfoque diferente. Los androides 2B, 9S y A2 representan aspectos de la humanidad y la conciencia a través de una lectura única que, explorando la dualidad de sus existencias programadas y sus deseos emergentes, se siente, irónicamente, extremadamente humana. Esto no los hace tanto menos carismáticos, sino más bien que los sitúa en un contexto diferente, donde su carisma se entrelaza con la exploración de temas más abstractos y universales.
Tomando en cuenta todo lo discutido anteriormente, me encuentro en la posición de afirmar, de una manera profundamente personal, que Nier: Automata no es solo un juego para mí. Va mucho más allá, erigiéndose como uno de los símbolos más potentes y convincentes de que los videojuegos son, indiscutiblemente, una forma de arte. Este juego se ha convertido en una prueba irrefutable de que el medio videojueguil posee la capacidad única de conjugar narrativa, visualidad, música y interactividad para crear experiencias que no solo entretienen, sino que también provocan reflexión, evocan emociones profundas y desafían nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos.
Nier: Automata, con su intrincada exploración de temas filosóficos, su construcción de personajes ricos en matices emocionales y existenciales, y su capacidad para fusionar estos elementos con un gameplay que es tanto reflexivo como emocionante, demuestra que los videojuegos pueden sostenerse al mismo nivel que la literatura, el cine, y otras formas de expresión artística tradicionales.