Aunque la característica principal de Superhot de detener el tiempo cuando no nos movemos podría llevar a pensar en un planteamiento jugable comodón, la realidad es todo lo contrario: a cada segundo que pasa debemos hacer decenas de micro decisiones para superar las fases. Básicamente es el mejor juego que logra hacer que nos sintamos como John Wick en medio de una trifulca y lo consigue gracias a ese uso del tiempo, que permite que ocurran muchísimas cosas a la vez a nuestro alrededor sin llegar a vernos agobiados.

Disparar a un enemigo, coger su arma al vuelo, girarnos para ver que se cuece a nuestro alrededor, ver que una bala está a unos centímetros de nuestra cabeza, esquivarla en el ultimo instante, estudiar el escenario para ver donde podemos escudarnos para que se recargue el arma o trazar otro plan y mucho más. Todas las ideas tienen como objetivo lograr esa sensación de poder salir con vida estando rodeado de mil peligros.

Cristales rompiéndose y esparciéndose lentamente, enemigos haciéndose añicos literalmente, tomar el control de uno de ellos haciendo que lance el arma automáticamente pudiendo abatir a otro y coger el arma de este. El que cada vez que cogemos un objeto o saltamos avance el tiempo unos instantes, creándose una relación riesgo-beneficio excelente, ya que saltar nos puede permitir esquivar a un enemigo pero no sabes que te vas a encontrar cuando el tiempo vuelva a pasar lento. Quizá un escopetazo dirigiéndose hacia a ti. Todo aporta a la excelente acción.

Por desgracia el juego necesita más variedad en cuanto a entornos, enemigos y armas para ser completamente redondo, pues esa sensación tan buena de acción se disipa en los modos infinitos (modos de hordas sin interrupciones de la trama hasta que mueras y vuelve a empezar) más rápida de lo que debería en entornos repetidos y enemigos con los mismos patrones y con las pocas opciones de armas. Es una verdadera pena, porque con un nivel más de variedad daría para horas y horas sin agotarse.

La historia que nos cuenta es otro punto negro del juego, por ser simples interrupciones de lo verdaderamente bueno. Me gusta que trate sobre el control, ya que jugablemente el jugador lo tiene por el uso del tiempo y demás y el juego lo tiene sobre el personaje, poniéndonos en las situaciones que le plazca. Y a la vez, nosotros como jugadores reales tenemos control sobre el juego. Es interesante, pero se pierde demasiado en romper la cuarta pared de formas ya vistas y se queda en la simpleza de nosotros pulsar un botón y el juego no hacer caso.

Reviewed on Nov 15, 2021


Comments