Solo tiene una mecánica que es apuntar con la luz a los enemigos hasta que les quitas el escudo, y luego disparar. También es necesario aprender a esquivar los ataques, pero en general el combate es muy simple.

La mayor virtud de este juego es la historia, que sin ser apasionante, es original en la manera en la que se cuenta, a medias entre las cinemáticas, y los fragmentos de la novela que escribe el protagonista, que están repartidos por los escenarios.

El doblaje al castellano es brillante, con actores de primer nivel.

Me ha costado un par de intentos conectar con este Alan Wake, pero después de haberlo terminado, tengo ganas de darle otra oportunidad a Control, y también a Alan Wake II.