Jugando me he dado cuenta de algo terrorífico: puede que los Resident Evil no sean para mí.

El juego es un triunfo audiovisual, eso nadie lo puede negar. Pero luego está repleto de mecánicas irritantes que producen dinámicas de juego bastante aburridas, al menos para mí. Entiendo que intentan que el jugador se monte sus propias estrategias para recorrer la mansión encontrándose con el menor número de zombis posible, pero no me resulta satisfactorio.

Limitar el número de guardados, limitar el espacio del inventario, limitar la munición, limitar los objetos curativos y limitar la capacidad para esquivar los zombis (léase «controles de tanque en pasillos estrechos») son demasiados límites a la vez. Alguna de las cinco cosas sobra. Es más: limitar los guardados siempre sobra, sobre todo cuando las zonas de guardado tienden a estar asediadas por enemigos. El juego puede terminar convirtiéndose en un ejercicio repetitivo de esquivar/matar siempre a los mismos enemigos, conseguir los mismos objetos y hacer los mismos puzles, para luego perder 40 minutos de progreso porque, claro, ¿cómo vas a guardar si sólo te quedan dos cartuchos de tinta? A mí todo esto me produce hastío, no terror.

Las secciones en las que mejor me lo he pasado son aquellas con pocos enemigos y muchos puzles. No me veo pasándome este juego en la dificultad normal ni mucho menos en la difícil. Por último: Jill es estupenda, quiero su autógrafo.

Reviewed on Nov 03, 2023


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