Repetición y decadencia, de un ciclo y de una saga. La premisa es que los grandes señores pasan de repetir lo mismo por enésima vez y nosotros, the ashen one, una cascara vacía y requemada de tanta hoguera, vamos en su búsqueda porque nunca se tiene suficiente. Así como los primeros Souls adaptaban el combate de Castlevania al 3D, con ataques que implicaban un compromiso ineludible de tiempo y exposición antes de devolver daño efectivo al final de cada animación, aquí se opta por homenajear a Sonic el erizo y sus volteretas. Como viene siendo tradición, recorreremos palacios vacíos y en ruinas, reflejos de lo que solían ser, y nos cruzaremos con personajes vacíos y en ruinas, reflejos de lo que solían ser. El escenario termina por colapsar en un amalgama de arquitectura gótica que dejó de tener sentido hace tiempo y en un campo de flores nos enfrentamos al cosplayer de Gwyn. El jefe final de la saga, como no podía ser de otra manera, son los propios jugadores.

Reviewed on Jan 13, 2021


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