Nuclear Throne no es solo un juego, es una marca vital mia que ha ido poco a poco. Anaitgames, los streams de Pep Sanchez, jugar poco a poco la 1º vez que rebajo en Steam y jugar poco a poco gustándome ese feeling que tiene. Esa dificultad enrabiada que mueres a la mínima, que todo es peligroso.
Porque alcanzar el Trono Nuclear no es un paseo fácil, es de sufrimiento, mucho sufrimiento. Aún recuerdo estar atascado en el boss del mundo 5, morir y morir. Pero, cuando acabe con ese boss, ir a las zonas sorprendido y llegar al trono muriendo sin saber como y flipar, sabia que no sería fácil llegar ahí.
Y no lo ha sido, pero llegue y cayo derrotado. La cosa es que estaba feliz, muy feliz por fin alcancé el trono, mi meta conseguida super feliz estaba (y sigo estando mientras escribo esto). Hasta que suena la canción de los créditos y sentí una felicidad rara, era feliz por fin había cumplido mi meta pero se unía y une una tristeza y un vacío, algo se va y es ese reto.
Nunca pensé que Nuclear Throne me haría llorar y hacerme sentir que lo importante no era el trono, sino el camino recorrido. Escuchar el podcast, ver los directos, charlar con mi amigo Soliz de los podcast y el juego, de jugar y caer en el pique comentando en foro droga del nexo, los audios mañaneros al Klay diciendo lo que llevaba y los vicios al juego, esos momentos de felicidad y alegría
Porque al final jugamos para que nos saquemos una sonrisa un día malo, para reflexionar, porque nos gusta y comentamos con nuestros amigos y gente muy cercana.
Como siempre me he ido por las ramas, pero no esperaba que Nuclear Throne y su canción final me tocasen tanto. Es y será, de mis juegos favoritos de siempre y algo que llevare en el corazón este viaje tan bonito.
Gracias Nuclear Throne.