Me pirran la estética retro y el humor de Ron Gilbert, tan agudo como siempre y más meta que nunca (y sé que me habré perdido muchos guiños por no haberme pasado el Maniac Mansion). Además, la gran ventaja que este juego tiene sobre sus antepasados es que, de acuerdo con las sensibilidades modernas, es mucho menos frustrante y engorroso en todos los sentidos.

Dicho esto, la historia, aunque conserva el interés todo el rato, no es gran cosa y la resolución de algunos puntos deja bastante que desear, aunque otros sí están muy logrados.

Eso sí, se le puede perdonar todo en virtud de los personajazos que tiene, aunque también es verdad que los que llegan tarde enseguida eclipsan a aquellos que empiezan la aventura.

Reviewed on May 08, 2021


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