Plataformas adorable y con mucho carisma.

Hay una buena variedad de mundos con metas diferentes y sorpresas. El personaje principal se controla bien. Hay humor por todos los lados... Hasta las batallas contra jefes son geniales.

No es un juego perfecto. Creo que hay niveles y capítulos como el Horizonte Alpestre que se sienten quizás demasiado largos y grandes. Y también creo que Hat Kid como personaje plataformero es demasiado ligero. Cuesta mucho maniobrarlo en cuerdas, por ejemplo.

Sigue siendo un juego indie muy divertido y que me ha sorprendido con la originalidad y lo gracioso que son muchos de sus niveles. Me hubiese gustado más, la verdad, pero no me voy a quejar en absoluto de lo que he podido probar.