Artísticamente hereda quizás un pelín más de la cuenta de Bloodborne, pero cuesta echárselo en cara porque quién no querría heredar de Bloodborne.
Sea como sea, juegazo. El Souls definitivo por razones puramente matemáticas y frías, por cómo reúne a la perfección todos los estilos de juego anteriores y los potencia, pero también por otras razones más intangibles y personales. Me ha encantado la sensación de fin de ciclo. De mundo a punto de morir y de un final que lejos de revelar nada muy espectacular, se limita a repetir el mensaje de que todo lo que ya se ha contado es lo que había que contar, que estamos en un mundo que solo puede mirar atrás para encontrar la gloria y del que ya solo quedan cenizas.

Reviewed on Feb 02, 2021


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