Juego que me entró mucho por los ojos por su apartado gráfico la primera vez que lo probé en Game Pass, justo lo retiraban y me quedé con ganas de más, así que una vez que lo vi rebajado fui a por él de cabeza.

Lo dicho, artísticamente es un portento y súper atrayente. Las primeras runs de este roguelike se hacen bastante divertidas, una vez lo completas por primera vez ya pierde bastante la gracia y se hace muy repetitivo. Las armas que infligen estados son puro relleno pues aquí lo más importante es el daño que hagan en sí, así que una vez te haces al manejo de dos buenas armas que sean cómodas y hagan mucho daño, no hay por qué seguir buscando.

La historia, por otro lado, es también muy básica y una mera excusa para hacerte repetir una y otra vez el bucle jugable que de por sí no ofrece nada nuevo nunca, más allá de algunos bosses aleatorios que son sencillísimos y siempre los mismos.

En fin, le tenía muchas ganas y tebía muy buena pinta, pero es más bonito el cascarón que el contenido.